Después de una rivalidad de años, Intel y AMD unirán fuerzas para producir una nueva serie de procesadores móviles Intel de octava generación. Estos procesadores utilizarán High Bandwith Memory de segunda generación y un procesador gráfico discreto integrado Radeon, fabricado por AMD. Esta colaboración está pensada para ayudar a ofrecer mejor desempeño para juegos en equipos de cómputo portátiles delgados y livianos. Ambas compañías aseguran que estos nuevos procesadores serán una versión evolucionada de la octava generación de los procesadores H-series de Intel.
“En el corazón de este nuevo diseño se encuentra EMIB (Embedded Multi-Die Interconnect Bridge), un pequeño puente inteligente que permite que el silicio heterogéneo pase información rápidamente en una proximidad extrema. EMIB elimina el impacto de altura, así como las complejidades de fabricación y diseño, lo que permite productos más rápidos, más potentes y más eficientes en tamaños más pequeños. Este es el primer producto de consumo que aprovecha EMIB.”, declaró un vocero de Intel.
Además, Intel desarrolló software que permitirá controlar el GPU discreto y coordinar información entre todos los elementos de este procesador, manejando la temperatura y el uso de la energía, así como permitir que se optimice la compartición de energía entre el procesador y el procesador gráfico para mejorar el desempeño al jugar.
A través de esta colaboración, ambas compañías esperan crear un procesador que permita que las computadoras portátiles más delgadas también ofrezcan mejor desempeño al incluir procesadores más poderosos y procesadores gráficos discretos más pequeños, para conservar su forma esbelta. Básicamente se trata de empujar un proyecto que combine portabilidad con poder suficiente para llevar a cabo tareas que involucren el uso intensivo del GPU. Según estas compañías, la tecnología será lanzada durante los primeros meses de 2018.
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