Los adhesivos que conocemos hoy en día tienen muchas limitantes y por lo general no pueden volver a ser usados. Pero un grupo de científicos del Instituto de ciencia y tecnología de Corea y el Instituto nacional de ciencia y tecnología de Ulsan han inventado unas almohadillas adhesivas inspiradas en los tentáculos de los pulpos.
Los pulpos son animales con muchas habilidades sorprendentes como cambiar de color, poder escabullirse por orificios diminutos, resolver problemas complejos y poder adherirse fuertemente a muchas superficies gracias a la anatomía de sus tentáculos.
Los tentáculos de los pulpos poseen ventosas de músculo con una cavidad en el centro. El pulpo puede controlar el tamaño de la cavidad, contrayendo o expandiendo el músculo de la ventosa -las ventosas expandidas crean una cavidad grande, lo cual se traduce en mayor succión, mientras que una cavidad pequeña hace que la ventosa se libere de la superficie a la que esté adherida.
El nuevo adhesivo usa este mismo sistema, por lo que puede ser reversible, reusable, de rápida acción y funcional incluso en superficies mojadas. La almohadilla está hecha de polidimetilsiloxano (PDMS) repleto de un conjunto de diminutos poros. Cada uno de los poros está cubierto con un polímero que responde a la temperatura.
A temperatura ambiente, el polímero se mantiene relajado y la almohadilla no se pega, pero si se incrementa la temperatura del material (32°C) el polímero se contrae. Esto causa que los poros se abran y actúen como pequeñas ventosas que se pegan a cualquier superficie.
Para despegar la almohadilla sólo necesita que la temperatura del polímero baje, esto se puede lograr con un poco de agua fría. Gracias a la versatilidad y practicidad de este nuevo material, los científicos esperan poder usarlo para vendajes o sensores médicos que se pegan a la piel con la temperatura normal del cuerpo.
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