Si de calificar y amar a criaturas mitológicas se trata, el unicornio ocupa los primeros lugares de la lista de muchos. Pero la idea de que los unicornios son caballos blancos con un cuerno en la frente es la versión más moderna de como se creen que son, ya que en la antiguedad se describe al unicornio como un animal blanco con cuerpo de caballo, barba de chivo, patas de ciervo y cola de jabalí o de león, con un cuerno espiral en su frente.
La fascinación por esta criatura surge de la idea y las historias de que posee poderes mágicos que pueden curar cualquier enfermedad y alargar la vida de quien consumiera su cuerno hecho polvo en la comida y bebida, preferiblemente en una copa hecha del mismo material.
La leyenda dice que son inmortales, pero tal vez sea el hecho de que su vida media era supuestamente superior a los 1000 años lo que haga pensar esto. Se dice que su longevidad se debe a la magia de su cuerno, que les hace tener siempre un aspecto juvenil.
Tristemente estas criaturas solo existen en la imaginación, cuentos, leyendas y memes de internet.
Un estudio reciente publicado en America Journal of Applied Sciences confirma que el verdadero unicornio era un animal prehistórico siberiano que habitó la tierra hace unos 29,000 años. El Elasmotherium sibiricum en realidad se parecía más a un rinoceronte o a un mamut lanudo que a un caballo. Podía llegar a medir 1.82 m de alto y 4.57 m de largo y pesar unas 4 toneladas (el doble de lo que pesa un rinoceronte blanco).
Hasta hace poco se creía que estos animales se habían extinguido hace 350,000 años, pero un reciente análisis de datación de carbono realizado a un cráneo fosilizado encontrado en Kazajstán, revela que la fecha estaba fuera de tiempo por 300,000 años.
“Lo más seguro es que el oeste de Siberia fuera un refugio donde este rinoceronte perseveró por más tiempo a comparación del resto de su especie” comenta Andrei Shpansky, científico de la Tomsk State University.
Tal vez el unicornio no cumpla nuestras expectativas de cómo debe verse, pero me parece maravilloso que al menos podamos afirmar que sí existieron. Además de que la paleontología se limita a estudiar sus huesos y no su magia.
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