Usar redes Wi-Fi abiertas cuando estamos en un lugar público es riesgoso, y si bien lo sabemos, lo pasamos por alto al ceder a la tentación de revisar el correo, Facebook o hasta Tinder, sin usar un bit del plan de datos.
Avast quiso darnos una lección en privacidad y seguridad web mediante un experimento con un grupo humano que debería saber cuidarse: los asistentes del Mobile World Congress 2016.
Su experimento consistió en dejar redes Wi-Fi abiertas en el aeropuerto de Barcelona con distintos nombres y monitorear la actividad de dichas redes en cuestión de cuánta información podría obtener de sus usuarios. Los nombres de las redes eran “Starbucks”, “Airport_Free_Wifi_AENA” y “MWC Free WiFi”, que, o son comunes para todos o que podrían parecer hechos para los visitantes al congreso.
En 4 horas, Avast tuvo acceso a más de 8 millones de paquetes de información, de más de 2,000 usuarios comprobando que incluso los más conocedores en tecnología son confiados a la hora de conectarse a redes que no conocen.
Si bien Avast no guardó los datos, sí obtuvo algunas estadísticas: 50.1% de los usuarios tenían un dispositivo Apple, 43.4% un Android y 6.5% un Windows Phone. De estos usuarios, el 61.7% buscaron información a través de Google o revisaron su correo de Gmail.
Dentro de los datos más preocupantes está que Avast pudo recopilar información sobre la identidad del usuario de 63.5% de los dispositivos.
¿Qué podemos hacer para cuidarnos al usar una red abierta? Avast considera que lo más seguro es usar alguna herramienta –como la suya- que codifica la información hasta cierto punto, y sólo conectarnos a redes que consideremos seguras.
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