Con el calentamiento global y los combustibles tan contaminantes, ¿quién no quisiera usar energía limpia que no dañe al planeta? Los gringos. Un pueblo en Carolina del Norte rechazó la instalación de una granja solar porque dicen que se van a acabar el Sol.
Los habitantes de Woodland se opusieron a la construcción de un parque solar por el miedo a quedarse sin Sol. La decisión se sometió a la votación del ayuntamiento, pero antes se hizo una reunión para que todos dieran su opinión.
El periódico local Roanoke-Chowan News Herald dio a conocer que el pueblo cortó el proyecto de Strata Solar Company. Ellos querían instalar sus paneles solares en ese pueblo por la cercanía de la subestación eléctrica que puede agregar la energía capturada en la red eléctrica.
Jane Mann, vecina de Woodland y maestra de ciencias, participó en el debate diciendo que las celdas solares absorberían la luz solar y se la quitarían a las plantas destinadas a la muerte sin la fotosíntesis. La buena noticia es que Jane es maestra retirada, ya no enseña más sus teorías.
Además, Jane cree que un parque solar puede causar cáncer y hasta que nadie le demuestre lo contrario, mejor que no lo construyan. Según ella, los dueños tienen intereses ocultos que podrían dañar a todos.
Bobby Mann, opinó que:
“Los parques solares absorberían toda la energía del Sol, los negocios ya no vendrán a Woodland”.
También cree que están matando al pueblo y que pronto la gente joven se irá del pueblo. Y todo gracias a la granja solar.
Beth Trahos, abogada de la compañía solar, trató de convencerlos de que los paneles son sanos y han comprobado ser benéficos y coexisten con las plantas.
De todos modos, la votación fue 3 a 1 en contra de los paneles solares. A veces cuesta trabajo creer que en pleno 2015 hay gente que piensa como si estuviéramos en 1890.
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