Más de 30% de los conductores en Rusia ocupan lugares de estacionamiento para personas minusválidas sin contar con capacidades especiales. Dislife, una organización rusa sin fines de lucro, lanzó una poderosa campaña para detener el comportamiento inconsciente de personas.
La gente de Dislife colocó un equipo que corrobora con cámaras montadas al rededor de un lugar reservado para gente minusvalida, que el vehículo que se vaya a estacionar en dicho lugar cuente con los permisos necesarios, como podría ser el letrero dentro del auto que indica se trata de alguien con capacidades diferentes. Si el conductor no tiene el letrero reglamentario, un holograma de una persona en silla de ruedas lo confronta para que respete el espacio.
Esta campaña me gusta porque usa tecnología que ya casi nadie pela y la aplica de una manera inteligente e interesante. El concepto es simple, ingenioso y que crea conciencia. Ademas vale la pena ver las reacciones de los conductores en el vídeo.
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