Ayer, 24 de septiembre, se presentó en Londres la versión final del Bloodhound SSC, el primer automóvil capaz de alcanzar 1609 km/h. Se espera que este cohete sobre ruedas no sólo rompa el récord de velocidad en tierra de 1227.9 km/h, sino que lo haga pedazos. El Thrust SSC fue el responsable de imponer esa marca en 1997 —ya llovió—.
Este impresionante vehículo es el resultado de un esfuerzo colaborativo entre más de 200 compañías que trabajaron durante más de 8 años e invirtieron $390 millones de pesos en su diseño y fabricación. Los responsables se enfocaron en crear un auto que rompiera el récord de velocidad en pista por un margen muy alto para que nadie más se atreva a superarlo en el futuro. Por las especificaciones técnicas del Bloodhound SSC, parece que así será.
La carrocería de fibra de carbono mide 13.4 metros de largo y en su interior aloja un motor V8 de Jaguar, un reactor Roll-Royce como el de los caza Eurofighter y un cohete Nammo, los cuales se activan sucesivamente en ese orden para ir incrementando la velocidad.
Andy Green, el piloto de la fuerza aérea británica que impuso el récord anterior en el desierto de Nevada, volverá a ser el elegido para pilotear el Bloodhound SSC. El año que entra se hará una primera prueba para alcanzar 1228 km/h en el desierto de Hakskeen Pan, Sudáfrica. Posteriormente, en 2017, Green buscará llegar al objetivo de 1609 km/h en la misma pista.
Habrá que estar atentos a esta increíble hazaña y todo lo que este proyecto inspirará a hacer a las nuevas generaciones.
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