¿Los drones volverán obsoletos a los pilotos?

Todo parece indicar que las aeronaves no tripuladas dominarán los cielos

Ahora todo el mundo es súper fan de los drones, a pesar de que desde 1955 la marina de Estados Unidos ya los usaba, aunque en ese tiempo nadie los pelaba. Claro que son algo increíblemente cool y hasta divertido, pero todo cambia cuando en lugar de un pequeño juguete que carga paquetes o una cámara, se trata de un drone militar de 49 metros cargado con más 5 mil kilos de bombas volando sobre tu casa.

Target Drone de 1955 construido por Ryan Aeronautical Company
Target Drone de 1955 construido por Ryan Aeronautical Company

El razonamiento básico detrás de los Unmanned Aircraft Vehicle (UAV, por sus siglas en inglés) —en español: Vehículos Aéreos No Tripulados— es que al remover el piloto dentro del aparato, se elimina peso y la posibilidad de poner en riesgo la vida de un humano. En pocas palabras, tienes toda la diversión de un videojuego junto con la capacidad de destrucción real.

Además de cuidar la vida de los pilotos, los drones también se han destacado en los vuelos espías de gran altitud. Antes de los drones modernos, uno de los únicos aviones capaces de volar a alturas de hasta 20,000 metros era el U-2, un vehículo clasificado como el más difícil de tripular por las limitantes tecnológicas de la época en la que fue diseñado y construido —su primer vuelo fue en 1955—. Basta mencionar que este avión ni siquiera cuenta con trenes de aterrizaje normales, éstos fueron eliminados por cuestiones de espacio, así que el avión despega con las alas recargadas en una especie de rueditas entrenadoras que se quedan en tierra una vez que se despega, y cuando aterriza, simplemente un ala choca contra el piso dejando al avión recargado de lado.

La habilidad requerida para volar este tipo de aviones es increíble. En el caso particular del U-2, se requiere de 2 pilotos con trajes presurizados —como los de los astronautas— y cientos de horas de entrenamiento, eso mis queridos lectores, es caro. Como por qué gastar miles de dólares en entrenamiento especializado, trajes extremadamente costosos y demás medidas de seguridad, si puedes poner a un tipo en un bunker con un joystick y 3 pantallas, todo a cientos de kilómetros del vehículo.

Además de que tarde o temprano, hasta los vuelos comerciales serán controlados a distancia, también está el hecho de que un operador en tierra siempre está más dispuesto a correr riesgos —al fin y al cabo su vida no está en peligro—. Aunque los sistemas de vuelo cada día avanzan más, muchos pilotos dicen que no se compara con estar dentro de una cabina, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones de emergencia y maniobrar.

Este futuro e inevitable suceso se me hizo aún más obvio cuando entre a la página de Northop Grumman, compañía pionera e innovadora que se ha vuelto experta en la fabricación de aeronaves inusuales. Un ejemplo de eso es el YB-35, apodado “El Ala Voladora” por su forma de triángulo isósceles.

Cuando recordamos el año de 1989, todo tiene más sentido, pues fue entonces cuando se estrenó el bombardero B-2. Esta aeronave es muy similar al YB-35 en cuanto a diseño, aunque por dentro son 2 cosas completamente distintas.

Más de 20 años después, el X-47B logra su primer despegue en 2011. Pasaron sólo 3 generaciones, para que un peculiar bombardero como éste, se convirtiera en un drone de tamaño medio con la capacidad de crear la misma destrucción que sus antecesores. Otro punto importante que debemos tomar en cuenta, es que el programa de desarrollo del X-47B tuvo un costo de $813 millones de dólares, mientras que el del B-2 fue de $44,750 MDD, una diferencia abismal de casi $44,000 millones de dólares.

Todas estas constantes que bien podríamos adjudicar a la Ley de Moore, serán las culpables de que el piloto aviador como lo conocemos actualmente, se extinga, o al menos eso opina su humilde servidor.

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