Hace 2 años, cuando Google mostró el proyecto de Glass Explorer, sorprendió por su concepto revolucionario: interactuar con todo lo que nos rodea por medio de realidad aumentada. Pero tardó tanto en materializarse esa promesa que al final, el interés se perdió casi por completo. Y en palabras de Patrick Pichette, el director financiero de Google, Glass estuvo muy lejos de cumplir las expectativas, no sólo en cuanto a ingresos para la compañía, sino también en la opinión que provocó entre los entusiastas de la tecnología.
Si el proyecto no tiene el impacto esperado, sencillamente lo cancelamos. Así lo hemos hecho siempre, una y otra vez —Patrick Pichette
"Cuando alguno de nuestros proyectos experimentales obtiene la recepción esperada, se gradúa de Google X Labs, pero hay ocasiones en que las cosas no salen del todo bien y cuando el equipo de desarrollo comienza a perder visión, hacemos una pausa para que tengan tiempo de replantear su estrategia.", explicó Pichette, y agregó que Google recurre a esa táctica cuando el proyecto es prometedor. El problema es que si la compañía considera que el producto no será tan exitoso o que simplemente carece de las características necesarias para venderse bien —como sucedió con Glass— , lo desecha definitivamente.
Es importante recordar que hace poco Google hizo una reestructuración en la división encargada de Glass, con el propósito de reinventar el concepto de las gafas de realidad aumentada y hacerlas más relevantes. Tanto interés mostró en ese entonces Google por impulsar su iniciativa, que hasta puso de encargado del proyecto a Tony Fadell, el talentoso inventor que dirige las operaciones de Nest. Aunque la decisión de acabar con Glass no es oficial, los comentarios de Pichette no pintan un futuro prometedor, sin mencionar que los HoloLens de Microsoft dejaron claro que la realidad holográfica es más emocionante.
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