Cuando era pequeño, tuve la suerte de ver KITT, el auto increíble, en la televisión. En ese momento estaba seguro de que la tecnología avanzaría lo suficiente en los siguientes años para que cuando creciera mi primer coche fuera capaz de manejarse solo y hablar. Lamentablemente, mi vocho 93 estuvo muy lejos de ser el nieto de KITT, pero ahora todo parece indicar que dentro de pocos años nuestros automóviles finalmente serán inteligentes, además de mejores conductores que nosotros.
No recuerdo que en la serie de televisión mencionaran cuánto costó fabricar a KITT, pero no era necesario, pues seguramente tenía en su interior millones de dólares en tecnología. Sin embargo, ése no será el caso de los vehículos autónomos que llegarán al mercado dentro de los próximos 5 años. Según un estudio de Boston Consulting Group, publicado en la revista Wired, los componentes de hardware necesarios para que un automóvil se conduzca solo no son tan costosos como podríamos pensar.
La siguiente imagen creada por Boston Consulting Group detalla cada una de las piezas de hardware que cualquier auto inteligente necesita para funcionar de manera óptima. Según la investigación de la firma, en los primeros 10 años el costo del hardware estará entre $5500 y $10,000 USD, dependiendo de si quieres que tu coche sólo cuente con algunas funciones de asistencia al volante o que sea completamente autónomo. La verdad, la cifra no es tan descabellada, eso significa que un auto compacto que en México cueste alrededor de $200,000 MXN, podría volverse inteligente con $150,000 MXN adicionales; sin embargo, aún falta sumar el costo del ingrediente secreto, mejor conocido como el software.
Existen 3 diferentes tipos de hardware: sensores, procesadores y activadores. La mayoría de los autos que existen actualmente cuentan con muchas partes electrónicas; por eso que los activadores —las piezas que permiten que la computadora ejecute acciones físicas como frenar y cambiar de velocidades— son comunes y fáciles de conseguir. Los procesadores se encargan de analizar los datos que generan los sensores para indicar a los activadores qué hacer. Todos estos componentes existen y funcionan de manera excepcional, así que lo único que sucederá de aquí en adelante es que serán más eficientes y baratos.
A pesar de eso, el Light Detection and Ranging (LIDaR, por sus siglas en inglés) y el GPS avanzado, todavía son algo caros. El componente LIDaR consiste en un sistema de láseres que mapean el entorno al recolectar múltiples puntos de datos cada segundo. Por ejemplo, el equipo del automóvil inteligente de Google cuenta con 64 láseres y cuesta un poco más de $50,000 USD. Por su precio, esta tecnología aún no está lista para ser adoptada por el mercado masivo, pero se espera que reduzca su costo considerablemente en los próximos años.
Por otro lado, la precisión de los sistemas GPS que utilizamos actualmente se encuentra en el rango de metros, pero los vehículos autónomos necesitarán que los sistemas de posicionamiento cuenten con una precisión de centímetros. Igual que LIDaR, esta tecnología ya existe, pero su precio es muy elevado todavía, aproximadamente $6000 USD.
Aún así, el hecho de que un gran número de compañías en todo el mundo se encuentren investigando y desarrollando sistemas de conducción autónoma, es un claro indicador de que la tecnología avanzará a pasos agigantados, lo que también contribuirá a que su precio baje. Esto no es algo nuevo, lo hemos visto y vivido a lo largo de los años con las computadoras, los teléfonos celulares, e incluso, los televisores de alta definición. Así que prepárate, porque cuando te des cuenta, las calles estarán llenas de autos casi tan increíbles como KITT.
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