A todos nos ha pasado: sales tarde de tu casa, necesitas llegar con urgencia a algún lugar, y no te da tiempo de cargar gasolina. Y así andas por la ciudad, algunas horas o días, hasta que tienes un espacio libre o dinero a la mano. Y aunque no pasa nada si eso lo haces muy de vez en cuando, hacerlo constantemente podría ser catastrófico.
¿Qué pasa cuando manejas con poca gasolina?
Manejar con poca gasolina puede tener graves consecuencias para tu vehículo. La gasolina no solo es el combustible que hace funcionar el motor, también actúa como un refrigerante para la bomba de combustible. Cuando el nivel de gasolina es bajo, la bomba puede succionar aire en lugar de líquido, lo que aumenta el riesgo de sobrecalentamiento, desgaste acelerado, y problemas en el encendido, la aceleración y el rendimiento del motor. Además, en condiciones más graves, esto puede ocasionar tirones inesperados, debido a daños en el motor mismo.
Además de ser el combustible y refrigerante, la gasolina también mantiene el motor y otras partes del vehículo en un estado óptimo. Cuando el nivel de gasolina es bajo, es más probable que las impurezas del combustible se desplacen y se acumulen en el filtro, obstruyéndolo. Esta obstrucción puede dificultar el arranque del motor y provocar un mayor consumo de gasolina, así como ruidos anormales que pueden molestar al conductor y pasajeros. Por otra parte, circular con un bajo nivel de combustible, mientras las revoluciones por minuto (rpm) son elevadas, puede forzar el convertidor catalítico, lo que podría resultar en costosas reparaciones o reemplazos.
Para evitar estos problemas, evitar disgustos y ahorrar dinero, te recomendamos siempre mantener el nivel de gasolina por encima de 1/4 del tanque, o incluso más, si es posible. Esta simple precaución puede prevenir inconvenientes costosos y garantizar un funcionamiento óptimo para tu querido auto.
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