Una clave del éxito para startups y empresas es usar software a la medida

Para innovar hay que tener una plataforma eficiente y sencilla de usar

No hay una fórmula de éxito para los startups y, de hecho, a veces es como magia negra. Por eso todo el tiempo hay proyectos que fracasan, a pesar de que su futuro lucía tan prometedor. Pero no es una sorpresa, pues se trata de una regla de los negocios: lo que funcionó una vez, no necesariamente volverá a hacerlo, incluso si el contexto es similar. De ahí que las compañías rivales suelen hacer las cosas de manera radicalmente distinta —justo como pasa con Apple, Google y Microsoft—.

Claro, tampoco es cuestión de navegar con plena incertidumbre. Las empresas que triunfan comparten algunos rasgos y más allá del obvio "generar ideas con potencial y encontrar a alguien que las ejecute con eficacia" o de la administración inteligente de recursos, también es fundamental conseguir asesoría tecnológica realmente experimentada —conocida como TI—, así como crear una presencia web a la medida —útil, sencilla de entender y con apariencia profesional—.

Suena complicado —no lo es si tienes una asesoría adecuada— y seguro a algunos les parecerá innecesario para su área de negocios, pero considerando que vivimos en una época en la que Internet es el eje de todo y que el mundo está potenciado por tecnología... sería necio no recurrir a este tipo de ayuda.

Y es que tienes 2 alternativas: tratar de aprender por ti mismo, arriesgándote a perder demasiado tiempo con un constante prueba y error, o dejar que alguien más se encargue, mientras que tú —junto con tu equipo— se enfocan en otras áreas de crecimiento. La respuesta, desde cualquier perspectiva, es muy sencilla.

Tantos cuellos de botella se deben a la problemática del totem: todo el trabajo debe resolverlo una sola persona

El problema es que no todos los expertos TI fueron hechos iguales, ni se formaron con el mismo nivel de preparación. A menos que tengas un prodigio a tus servicios, los tiempos de cualquier proyecto podrían irse al infinito si estás usando a un solo desarrollador/asesor, en especial si él se encarga al mismo tiempo de la planeación, de programar, de diseñar, de administrar la base de datos, de corregir errores, de dar soporte técnico y, por si fuera poco, de atender todos los demás proyectos.

Lo anterior es tan común, que sobran los memes que ilustran esa lamentable realidad. Afortunadamente en fechas recientes surgió una nueva tendencia de expertos TI y desarrolladores, que se llama DevOps. Hay muchas definiciones para esa novedosa filosofía que involucran tecnicismos innecesarios, cuando en realidad es tan simple como hacer que todas las áreas de desarrollo trabajen en completa armonía, para hacer más rentable y eficiente un negocio.

Bajo este innovador esquema todos los expertos son multidisciplinarios —o al menos trabajan con dicho enfoque—, así que hablan el mismo idioma, se entienden a la perfección y confían unos en otros. Mientras tanto, en la metodología tradicional cada experto TI tiene su especialidad, pero a cambio suele desconocer muchos aspectos del trabajo de sus colegas y en consecuencia, hay un entorpecimiento en el flujo del proyecto. No siempre pasa... pero cuando pasa, toda la infraestructura sufre y la productividad se desploma por la falta de una comunicación eficiente.

Y es que DevOps —el que involucra verdadero trabajo colaborativo, no el de cargarle la mano a una sola persona— es un cambio de paradigma tan grande en el universo empresarial que cualquiera, desde un negocio pequeño, hasta los gigantes como Facebook, pueden ver la diferencia en comparación con un método de trabajo convencional.

DevOps es una colección de prácticas altamente eficientes, un ambiente de trabajo más productivo y una filosofía que promueve la colaboración y la automatización

En lugar de someterte a una muy larga espera hasta que tu proyecto de software esté terminado, la dinámica tipo DevOps te deja hacer avances escalonados, con base en una estructura de revisiones constantes —supervisadas por ti y tu equipo—. El resultado de una comunicación tan estrecha entre la parte de negocios —tu— y la del desarrollo —quien ofrece dichos servicios— es que todo funciona más ágil y en consecuencia, el trabajo finaliza mucho más rápido.

Además, con dicho método es más sencillo lanzar nuevas ideas y proyectos, sin que sean un tropiezo para todo lo demás que ofreces. Al final, el valor de tus productos incrementa —sean lo que sean—, porque tienen una base mucha más sólida, ya sea en cuanto a presencia web o gracias a que fueron creados con mayor velocidad —consecuencia de una plataforma eficaz—.

Seguro te preguntas qué diferencia hay al tener un servicio a gran escala de DevOps, en lugar de un equipo propio de desarrolladores —que también trabajan como DevOps—. Imagina esto: tu líder de proyecto decide cambiarse a pasturas más verdes justo en la etapa final y aunque hay documentación suficiente para que los otros desarrolladores terminen el trabajo, el hueco hace que todo se retrase semanas o hasta meses. O, en otro escenario, tu tiempo de respuesta ante una crisis es pésimo, porque tu equipo es muy pequeño y no hay quien cubra los horarios muertos —hora de comida, el coffe break, cuando todos ya se fueron a casa, etcétera—.

Si todavía no estás implementando esta clase de servicios, ya te tardaste. No importa que tu plataforma esté construida sobre fierros viejos o que tus prácticas de negocios aún no sean tan fluídas, es mejor comenzar ahora, en lugar de seguir rezagándote ante la competencia. Y es que la tendencia entre las organizaciones exponenciales es recurrir al DevOps (es al mismo tiempo un pilar de S.C.A.L.E. y de I.D.E.A.S.), así como construir plataformas a la medida, por medio de servicios que promuevan la colaboración y la comunicación constante.

Sí quieres saber más al respecto, IBM tiene un amplio catálogo de servicios que giran en torno a esta filosofía y que garantizan ayudarte a reinventar de manera muy favorable la forma en que ópera tu empresa.

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