Al igual que en otras regiones de África, el trabajo de los guardabosques de la República Democrática del Congo va más allá que cuidar el equilibrio ecológico... en ocasiones significa perder la vida ante cazadores furtivos. Para ejemplo está que el pasado 5 de octubre varios cuidadores de animales del Parque Nacional Garamba fueron asesinados por un grupo armado que estaba recolectando marfil de los elefantes de la región.
Parece que todo comenzó cuando un equipo de 10 guardabosques estaba rastreando a uno de esos elefantes y al dar con su ubicación, entraron a un campamento con docenas de cazadores. Al darse cuenta que estaban en desventaja numérica, los cuidadores decidieron huir para buscar refuerzos, pero en el tiroteo fallecieron 4 personas, incluyendo un coronel de las fuerzas armadas del Congo.
De acuerdo con estadísticas de las Naciones Unidas, la población de elefantes en África ha disminuido en 60% tan sólo desde 2005, lo que significa que al menos 40,000 animales han muerto en manos de cazadores furtivos. Si la tendencia continúa al mismo ritmo, "los rinocerontes podrían ser erradicados completamente en los próximos 5 años, mientras que los elefantes desaparecerían dentro de 2 décadas".
El problema es que los responsables de tanta matanza son también originarios de África, así que la situación ya tomó tintes políticos. De hecho muchas facciones rebeldes de los países cercanos al Congo financian sus campañas militares con el marfil que venden a sus compradores en Europa y Asia.
Aún si los esfuerzos de la ciencia están ayudando a combatir a los cazadores furtivos —con drones y otros métodos de vigilancia electrónica—, los esfuerzos no han sido suficientes, en especial porque los atacantes han demostrado que están dispuestos a lo que sea con tal de cumplir su objetivo, aún si eso implica aniquilar también a las personas que protegen a los animales.
Deja tu comentario