Durante CES 2014, Sony hizo gala de su apoyo a 4K, y mostró numerosas propuestas que se alistan para la era del Ultra HD. Sin embargo, entre tanta tecnología vanguardista, se perdieron de vista algunos productos que si bien no son tan innovadores, ofrecen algo muy útil para el consumidor promedio. El mejor ejemplo se da con Cyber-shot, que se renueva este año con ligeras mejoras técnicas, pero interesantes novedades fotográficas.
Con estas nuevas cámaras compactas, W830 y W810, Sony apuesta por implementar un mayor abanico de modalidades creativas que, por supuesto, producen buenos resultados para cada situación de luz a pesar de que el mecanismo trabaja en automático. Ambos modelos permiten personalizar ciertos aspectos de iluminación y velocidad, pero en un margen mínimo. Lo importante es que los equipos están potenciados por un sistema de estabilización óptica de imagen para reducir casi al mínimo el efecto de barrido en las fotos.
Por una parte, la W830 combina la nitidez de una lente Zeiss con un procesador Bionz, para generar imágenes de 20.1 megapixeles con gran calidad; esto ayuda a que el sensor CCD sea capaz de realizar acercamientos de 8x. Mientras tanto, la W810 está equipada con capacidades un poco menores, pues se vale de óptica Sony y un sensor con 26 mm de apertura, que sólo alcanza 6x de zoom.
Si bien el incremento tecnológico en comparación con los modelos de 2013 es casi insignificante, la mayor distinción se presenta en el diseño, que ahora ofrece una variante en cuerpo de aluminio, para complementar los 4 colores disponibles. Además, la mayor variedad de funciones también se antoja como algo muy favorable, pues basta de ejemplo un efecto de belleza, que sin ser tan detallista como un diseñador con Photoshop, corrige algunas imperfecciones faciales.
Sony no reveló precio ni disponibilidad para ninguna de las 2 cámaras, pero promete que llegarán dentro de pocos meses.
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