Sin duda, Elon Musk es un visionario. No sólo creo PayPal, sino también SpaceX, la primera compañía espacial privada en poner un cohete en órbita y, por supuesto, Tesla Motors, una empresa que poco a poco está logrando lo imposible: el éxito comercial del automóvil eléctrico.
Ahora Musk vuelve a mostrar su espíritu emprendedor al declarar que no ejercerá acción legal ante cualquier competidor que use tecnología patentada por Tesla Motors, siempre y cuando sea con buena fe.
Esta decisión parece sorprendente, pues la compañía tiene cientos de patentes aprobadas —y muchas otras pendientes— en el ámbito de los vehículos eléctricos, propiedad intelectual que le ha dado una considerable ventaja competitiva, pues logró reducir el costo de producción de baterías, así como incrementar su seguridad y mejorar su tiempo de carga.
De acuerdo con Musk, este movimiento tiene el propósito de impulsar el mercado de los automóviles eléctricos, pues a pesar de que su Model S ayudó a demostrar que hay un interés masivo por este medio de transporte, sus ventas son minúsculas en comparación con el resto del mercado. Adicional a esto, el empresario expresó su preocupación por el medio ambiente: “No creo que la gente realmente aprecie la gravedad de lo que está pasando [respecto al calentamiento global] o cuánta inercia tiene el clima. Realmente necesitamos hacer algo. Sería una falta de visión tratar de ocultarlo.”, comentó.
Muk está muy seguro de su posición en el mercado y de la capacidad de innovación de su compañía, pues declaró que el gesto de liberar sus patentes es algo modesto, ya que lo que busca es innovar tan rápido, que sus patentes anteriores resulten irrelevantes. “Mientras Tesla siga inventando y empujando los límites de la tecnología, permanecerá por encima de sus rivales.”, declaró.
Al fundar Tesla Motors, Musk consideró que las patentes eran fundamentales para asegurar que grandes empresas automotrices no robaran su tecnología y la produjeran en masa, pero con el paso de los años observó que las compañías simplemente decidieron ignorar casi por completo el mercado de los vehículos eléctricos y continuaron con su enfoque de crear los basados en hidrocarburos.
La competencia real de Tesla no es el resto de los automóviles eléctricos , sino el enorme dominio de los convencionales. El movimiento de Musk es un intento por motivar a compañías automotrices a adoptar su tecnología y fortalecer la oferta de los vehículos impulsados por electricidad.
Algo que hay que tener en cuenta para entender el proceder de Musk, es que el mercado automotriz no se centra únicamente en automóviles, sino en la infraestructura que gira alrededor de ellos. Desde estaciones de carga hasta talleres mecánicos, estos elementos tienen que existir en abundancia para asegurar la practicidad de este medio de transporte. El empresario sabe que no puede hacerlo solo y está consciente de que necesita suficiente interés en la creación de vehículos eléctricos para impulsar la construcción de infraestructura, algo que únicamente será posible si las grandes compañías deciden comenzar seriamente con la fabricación de esta tecnología y hacerlo atractivo para el público. Es muy probable que con la apertura de sus patentes Musk también busque sentar un precedente en la industria automotriz e impulsar a otros fabricantes a compartir parte de su propiedad intelectual.
El empresario considera que el liderazgo en tecnología no está definido por patentes, sino por la habilidad de una compañía de atraer y motivar a los ingenieros más talentosos del mundo. Musk está consciente de que los empleados tienden a trabajar mejor y a explotar el total de su talento cuando son motivados por un ideal, pues comentó: “Trabajar largas horas para una corporación es difícil. Pero trabajar largas horas por una causa es fácil. Creo que es algo muy motivador para la gente.”
La decisión de Musk se basa en la filosofía del código abierto, donde los participantes son dueños del total de las ideas y trabajan en conjunto con un fin común. Este modelo de cooperación hizo posible la industria de la tecnología como la conocemos hoy, pues en sus inicios las ideas eran compartidas por todos los involucrados con el propósito de mejorarlas.
El concepto ha estado presente en toda la historia de la humanidad, desde compartir recetas de cocina hasta tomar ideas de ajenas para crear nuevas formas de arte. Copiar, compartir y modificar son partes fundamentales de la naturaleza humana y esenciales para el progreso de nuestra especie, pero fue hasta la década de los 50 y los 60 que este modelo entró de lleno en el mundo de la tecnología con equipos como UNIVAC y ACP de IBM que fueron lanzados con el código fuente abierto, lo que tras una serie de sucesos resultó en la creación de Linux en 1991. Actualmente, uno de los casos más destacados de Open Source es Android, el sistema operativo de Google que ha puesto la tecnología móvil en manos de la mayor parte del planeta. Otro claro ejemplo de las ventajas de esta filosofía, pero esta vez aplicada a hardware, es la placa Arduino que facilita enormemente la creación de sistemas complejos.
Elon Musk está consciente del potencial positivo que tiene el libre flujo de información y de ideas, y también sabe el desgaste que generan las guerras de patentes, que por lo general causan más costo que beneficio. Por esto, el empresario prefiere impulsar un mercado con crecimiento causado por la colaboración de sus integrantes en lugar de luchar contra uno estancado por la falta de apertura, el egoísmo y la protección excesiva. Musk es un visionario que voltea al pasado para avanzar al futuro.
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