Perry Mason, la serie que llega al final de su primera temporada este domingo a las 22:00 horas por HBO y HBO GO, transcurre en la ciudad de Los Ángeles después de la Gran Depresión. La reconstrucción de época de la producción, protagonizada por Matthew Rhys y Tatiana Maslany, llama la atención por su riqueza de detalles y precisión histórica. A continuación, presentamos algunos elementos que hacen que la experiencia de seguir las aventuras del famoso investigador resulte aún más especial:
Estancias en ruinas
Perry Mason vive en una estancia decaída en la región metropolitana de Los Ángeles. Si en la década de 1920 Estados Unidos vivía un momento de prosperidad económica, los años 1930 quedaron marcados por la especulación financiera y un alto nivel de desempleo, que perduró durante toda la década. Mitad de la población vivía en las áreas rurales y los ingresos de los pequeños productores cayeron vertiginosamente después de la quiebra de la Bolsa de Valores de Nueva York en 1929. Los ingresos del campo disminuyeron un 60% entre 1929 y 1932, y un tercio de los productores perdieron definitivamente sus tierras. Sin dinero y sin trabajo formal, Mason se niega a vender su propiedad, como si ello fuera a destruir parte de su historia.
¡Viva México!
Más de 500 mil mexicanos migraron hacia los EE.UU. en la década de 1920 para trabajar en California. Fue lo que sucedió con Lupe Gibbs, interpretada por Verónica Falcón, la pareja casual de Mason que comanda una pequeña pista de vuelo en su estancia. Fuente de mano de obra barata, los mexicanos habitaban barrios propios, como El Paso, ejerciendo una fuerte influencia cultural en el país. Es la decidida Gibbs quien trae un poco de color y alegría a la vida de Mason.
Cero alcohol
Estados Unidos vivió bajo una Ley Seca que prohibió la fabricación y venta de bebidas alcohólicas durante 13 años. Por eso, Mason debía tomar su Manhattan en secreto, en parajes sombríos y distantes de la ciudad.
El sueño Americano
Antes del fatídico jueves 24 de octubre de 1929, día en el que la Bolsa de Nueva York se desplomó, Estados Unidos vivía un momento próspero. La industria automotriz de Henry Ford estaba en alza. Perry Mason (Matthew Rhys) y Pete Strickland (Shea Wingham) aparecen en muchas escenas reviviendo tomas clásicas en el coche. Además, la radio era un gran medio de comunicación y el cine estaba en ascenso, atrayendo a multitudes a cualquier hora del día. Había gramófonos y radios en prácticamente todas las casas, como en la del propio Mason.
La religión reconfortante
En medio del caos y el colapso financiero, ante un gobierno que todavía fallaba al dar respuestas adecuadas a la sociedad, surgían figuras religiosas que se colocaban como líderes capaces de dar esperanza y reconfortar a los necesitados. Sus ofertas no pasaban de panaceas, con remedios sencillos para problemas complejos. La Hermana Alice (Tatiana Maslany) representa fielmente a una de esas figuras que convocan a multitudes con discursos mediáticos. Alice se acerca de la imagen de la famosa Hermana Aimee, una evangelista itinerante que llegó a Los Ángeles en 1918 y construyó un templo con capacidad para cinco mil personas, además de liderar el primer encuentro religioso en el país a través de la radio.
Los episodios de Perry Mason están disponibles en HBO GO.
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