El espacio de los servicios de música en línea está sumamente saturado y conforme entran nuevos competidores, las ganancias decrecen para los exponentes más fuertes. Un ejemplo perfecto se da con Spotify, cuyo más reciente reporte fiscal demostró que, a pesar de los impresionantes ingresos, sigue sin redituar de forma apropiada.
Este problema se origina debido al elevado pago de derechos, ya que el negocio de Spotify no es generar contenido musical, sólo transmitirlo, y su única forma de generar dinero es persuadir a sus usuarios para que se suscriban o imponer publicidad a los que no quieren registrarse. Lamentablemente para la compañía, apenas 6 millones de usuarios pagan una cuota mensual, mientras que otros 18 millones optan por el esquema gratuito con anuncios.
Al igual que Pandora, Spotify ha tratado varias veces de convencer a las disqueras de reducir el precio de las regalías
Según una investigación del periódico The Wall Street Journal, la empresa con sede en Luxemburgo ha pagado más de $500 MDD por concepto de propiedad intelectual desde que inició operaciones en 2006. El reporte fiscal anual de Spotify declara que durante 2012, tuvo ingresos por $576 MDD, el doble en comparación al año previo, no obstante, la pérdidas ascendieron a $77 MDD; en medio de esas cifras están los gastos operativos que, de acuerdo con los voceros del servicio, deja un margen de ganancia mínimo, a pesar de que el negocio de los anuncios no ha funcionado del todo mal.
Spotify no está en riesgo de ir a la quiebra, pero, sin duda, tiene complicaciones financieras que deben resolverse pronto. Una de sus estrategias para crecer es evolucionar a red social o incursionar en la transmisión de video, además de extenderse a nuevos mercados, como México. Queda ver si logra crecer y sobre todo, generar mayores ingresos, en especial frente a la competencia de Google y Apple cuyos servicios están mejor integrados a Android y iOS respectivamente.
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