La controversia detrás de MegaUpload y sus prácticas ilícitas está a punto de cumplir un año, y al parecer falta mucho para que llegue a su fin, pues Kim DotCom busca ampararse una vez más contra una supuesta conspiración del FBI e incluso dice que le pusieron trampas cuando él colaboró en una operación antipiratería.
Voceros de la agencia federal estadounidense respondieron hace unas horas, expresando que las acusaciones del fundador del sitio de descargas no tienen fundamentos. “Los argumentos del acusado carecen de bases, y basta con revisar los documentos de la defensa de MegaUpload, así como las evidencias que se han encontrado a lo largo de todo el caso para reconocer que no existe tal conspiración” explicaron los representantes gubernamentales.
Recordemos que el conflicto en que está sumido MegaUpload comenzó a principios de 2012, cuando el FBI confiscó servidores y discos duros, en respuesta a denuncias por violar derechos de autor y propiedades intelectuales. Y es que durante años, este servicio sirvió como semillero de archivos ilegales, entre los que se incluían películas, series de televisión y toda clase de software. Por su parte, DotCom fue acusado de conspiración contra la industria cinematográfica, musical y de los videojuegos, además de lavado de dinero y fraude electrónico, imputándole más de $600 millones de dólares en daños.
En palabras de Kim DotCom, los federales lo envolvieron en una red de engaños tras una operación en 2010, en la que MegaUpload cedió la base de datos de 39 sitios de piratería. Según reportes, esa información sirvió para clausurar a los ofensores, pero también fue la evidencia que dio pie a las acciones en contra de MegaUpload, ya que la agencia argumenta que esos archivos ilegales jamás fueron borrados de los servidores.
Al final, el abogado que defiende el caso de MegaUpload, Ira Rothken, comentó que su cliente tenía razón de conservar esos archivos en un acto de buena fe para que el gobierno de los Estados Unidos los utilizara en su investigación.
A la fecha, DotCom y los gerentes de su compañía están en libertad condicional dentro de territorio neozelandés, mientras esperan el veredicto de extradición a la Unión Americana, en donde serían sometidos a juicio.
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