A finales de marzo de este año, una estación espacial china, llamada Tiangong-1, caerá a la Tierra: debido a esto, algunos fragmentos de tamaño considerablemente grande podrían sobrevivir el reingreso a la atmósfera. Si piensas que esto podría ser extremadamente peligroso, tenemos buenas noticias: la caída de esta estación espacial no debería de preocuparnos.
De vez en cuando, satélites o naves espaciales caen a la Tierra. Al encontrarse en partes la órbita inferior del planeta, estas naves son bombardeadas por pequeñas partículas provenientes de la parte externa de la atmósfera, lo cual provoca que desciendan paulatinamente: normalmente, estos objetos son de un tamaño relativamente pequeño, por lo que normalmente se desintegran mientras entran a nuestro planeta.
El problema que algunas personas creen que existe es simple: el tamaño de la estación espacial. Lanzada en 2011, Tiangong-1 fue la primera estación espacial tripulada del gobierno chino: al pesar más de 8 toneladas y media, se espera que entre 900 y 3600 kilogramos del módulo logren llegar a la superficie de nuestro planeta.
Con vehículos de este tamaño, los operadores suelen contar con un plan para desecharlos de una forma segura: si una estación cuenta con propulsores muy grandes, es posible utilizar el combustible restante para moverla al océano. Por otro lado, podemos utilizar otro vehículo para "remolcar" a la estación a un sitio seguro.
Lamentablemente, esto no es lo que ha sucedido con Tiangong-1, ya que el gobierno chino no cuenta con un plan para desechar la estación espacial adecuadamente: si consideramos que, en 2016, la Agencia Espacial China declaró que había perdido control de la estación espacial y "no sabían dónde iba a caer", algunas personas se encuentran por la actual situación. Afortunadamente, un grupo de agencias, llamado IADC, está monitoreado la ubicación de Tiangong-1 para prevenir problemas en un futuro.
¿Qué piensas sobre la situación de Tiangong-1? ¿Crees que no haya problemas en un futuro? ¡Deja un comentario abajo!
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