El iPhone X fue presentado con bombo y platillo como el siguiente gran paso de Apple para festejar los 10 años de su producto estrella. Entre sus innovaciones, está la tecnología de Face ID que permitirá identificar a su dueño en lugar de la huella dactilar con Touch ID.
Pero se han reportado algunos problemas de producción con este teléfono de Apple, al grado de poner en peligro su disponibilidad para la fecha de lanzamiento y fin de año. Una de las soluciones que estaría implementando la empresa de Cupertino para poder cubrir la demanda es, según informa Bloomberg, reducir la precisión de la tecnología de reconocimiento facial usada por Face ID, para que se pueda manufacturar más rápido.
De acuerdo a varios analistas, se espera el iPhone X no pueda cumplir con la demanda inicial al contar con 2 a 3 millones de unidades para el día de lanzamiento, y de 25 a 30 millones de unidades para el último cuarto. Esos números están abajo de los 40 millones esperados, y más aún de los 78 millones de teléfonos que vendió Apple en el mismo periodo, pero del año pasado.
Trudy Muller, vocero de Apple, comentó a Bloomberg que "la reducción en la precisión de Face ID es completamente falso y esperamos que sea el nuevo estándar para la autentificación facial. La calidad y precisión de Face ID no ha cambiado..."
Lo cierto es que el sensor representa un reto muy fuerte a nivel técnico y podría parecer benéfico reducir la dificultad de implementarlo, aún si esto implica reducir características que mejoren su precisión para lograr cumplir con las expectativas de mercado del nuevo iPhone X.
Por supuesto, entre lo que se dice en la industria y las declaraciones de Apple hay un distanciamiento importante, así que sólo nos queda esperar y ver quien tiene la razón en toda esta novela que ha representado producir uno de los smartphones que quieren cambiar al mundo tecnológico.
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