Con el fin de detectar alteraciones genéticas y obtener diagnósticos de enfermedades de forma rápida, investigadores mexicanos desarrollaron un lector de ADN portátil que puede utilizarse en Smartphones.
Luis Vaca Domínguez, investigador de este proyecto, señaló en un comunicado: "esta tecnología no sólo permitiría mantener un control sobre una pandemia, sino prevenir los efectos de un ataque bioterrorista o mejorar la atención de la medicina personalizada".
El científico del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrolló este sistema que consiste en un microarreglo que permite leer hasta 600 genes diferentes de patógenos o de la persona que puede sufrir algún padecimiento. Dijo además: "esto nos permite identificar si en los genes hay mutaciones o identificar patógenos, como una infección por influenza e incluso saber qué subtipo viral es".
El dispositivo es una especie de carcasa que se instala en el teléfono inteligente, al cual se le inserta un cartucho y emplea su cámara para detectar los genes que pudieran estar involucrados en problemas de salud o que tuvieran bacterias y virus. La persona puede inyectar en ese cartucho una muestra de sangre, de saliva o de orina, dependiendo de cuál es la vía de entrada del patógeno.
Al reconocer el gen de un parásito o virus, emite una luz que solo puede verse con un lector especial. "El lector involucra cinco tecnologías diferentes y es capaz de identificar secuencias de patógenos o de mutaciones en humanos, desde el virus de la hepatitis y VIH, hasta enfermedades metabólicas y síndrome de Down", explicó Vaca.
El dispositivo permite una lectura de aproximadamente un minuto, es portátil, y el diagnóstico molecular se puede enviar a un médico u hospital de cualquier parte del mundo y aseguran que esta tecnología permitiría tener una red no sólo del monitoreo de epidemiología nacional, sino de problemas de salud relacionados con enfermedades metabólicas o genéticas.
Cabe resaltar que este tipo de dispositivos pueden llegar a comunidades aisladas donde carezcan de electricidad, pues el lector utiliza una batería que dura ocho horas, con lo que diagnosticarían a cientos de pacientes en minutos y que una vez que este sistema se produjera en forma masiva, el equipo costaría al igual que un lector de glucosa, aproximadamente $800 pesos y cada cartucho $50 pesos.
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