Taylor Swift anunció hoy que los días de odiar y despreciar a Spotify por regalar el trabajo de los artistas están olvidados. La estrella del pop estadounidense reveló que, como parte de la celebración porque su álbum, 1989, alcanzó 10 millones de copias vendidas y más de 100 millones de canciones vendidas, regresará, con todo su catálogo, a Spotify y al resto de servicios de streaming musical. Y, ¿cuándo se dará este mágico reencuentro? Pues hoy, a la media noches (hora del Pacífico), o sea que a las 2 de la mañana para los que viven bajo el yugo de la hora del centro de México. Y, lo mejor es que su música estará disponible tanto para los suscritores del servicio gratuito como para los que pagan por una membresía premium.
Y es interesante ver que esto suceda, ya que Swift fue una de las artistas que más luchó en contra de los servicios de distribución musical vía streaming. Muchos artistas piensan que estos servicios musicales pagan menos de lo que deberían a los creadores de contenido, pero, ahora que Spotify ha alcanzado 50 millones de suscriptores de paga y que Apple llegó a 27 millones, ambas compañías se han dado a la tarea de renegociar contratos y términos y, en el caso de Spotify, concedió uno de los puntos más controversiales de su servicio: el bloqueo temporal de contenido para los usuarios que no pagan por la membresía.
En 2014, Taylor Swift retiró su catálogo musical de Spotify después de un altercado, originado por el hecho de que su música se encontraba disponible para los usuarios de membresías gratuitas. En aquel entonces, la artista declaró lo siguiente: “yo creo que debe haber un valor inherente otorgado al arte.” Posteriormente, Swift alegó que en Beats Music y en Rhapsody los usuarios debían pagar por un paquete premium para poder acceder a su música. “Y eso brinda una percepción de valor a lo que yo he creado.” Spotify se rehusó a colocar el contenido de Swift detrás de una pared de pago y la cantante se retiró.
Posteriormente, Taylor fue contra Apple Music, quien ofrece un periodo de 3 meses de prueba gratuita para los usuarios, antes de comenzar a cobrar una suscripción, sin embargo, los artistas no recibían ninguna compensación por la música consumida durante ese periodo. Y Swift alegó que eran los músicos y creadores los que terminaban pagando por la genial campaña de marketing de Apple, quien eventualmente canceló esta política y comenzó a pagar regalías por los consumos hechos durante estas pruebas.
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