Las cámaras capaces de grabar fotos y videos en 360 grados iniciaron en el mundo de la ciencia y el cine como una herramienta que cumpliría funciones demasiado complejas y puntuales. En ese entonces el costo eran prohibitivo y se concebía lejos la adopción para un público masivo. Pero pocos años más tarde, con el impulso que ya tienen los visores de realidad virtual, producir contenido 360° parece ser un elemento al alcance de la mano, además de algo básico para comprender el mundo virtual que estamos por vivir.
¿Cómo funcionan?
Una cámara 360 es resultado de combinar la óptica de cámaras convencionales y un software capaz de compilar toda la información en tiempo real para colocarla en un medio en el que puedas apreciarla —como un player de YouTube para dispositivos móviles o el Gear VR de Samsung—.
Estas cámaras, que ya se encuentran en tiendas, son con frecuencia dispositivos de por lo menos un par de lentes opuestos para captar, mitad por mitad, todo el entorno (la idea es que cada lente tenga la amplitud necesaria para grabar 180 grados del entorno). Pero con los modelos profesionales el número de lentes puede aumentar hasta convertirse en un complejo arreglo de cámaras cuyas características también pueden hacer volar la mente, especialmente por la óptica, que, como en el caso de la fotografía convencional, la calidad está íntimamente relacionada con el precio.
Contenidos
Para mirar contenido 360 tal vez lo primero que llega a tu mente es colocarte unos lentes de realidad virtual, como los Gear VR, HoloLens u Oculus, pero basta con haber visitado Street View de Google para comprender que se trata de tecnología que, en fotos, ya hemos manipulado desde mucho tiempo atrás.
YouTube y Facebook ya ofrecen la reproducción de contenido en sus plataformas. Para apreciarlas, sólo debes mover el mouse en la dirección que deseas llevar la mirada y listo. Así que experimentar la experiencia de contenidos no es tan complicado, en la mayoría de los teléfonos celulares lo podemos conseguir.
Precio
Si hablamos del costo, podría decirse que la existencia de cámaras 360 a "precios accesibles" es una buena señal, pero como ya lo mencionamos, los precios pueden recorrer todos los bolsillos y comparar la oferta en este punto podría ser tan odioso como discutir las diferencias de una webcam con una cámara de cine.
Sabemos que existen los segmentos y soluciones que se pueden adecuar a cada tipo de consumidor, pero al momento no conocemos el “standard” para este tipo de productos.
Mientras existen productos que no superan los $100 dólares, la mayoría de las marcas se han pronunciado por fabricar productos similares a las cámaras de acción, con un perfil para llevarlas contigo a todos lados. Estas últimas oscilan en $500 dólares.
Mejor ser precavido
Hace unos años las cámaras 3D se encontraban en una disyuntiva similar para llegar de forma masiva al mercado. Los fabricantes tenían cada vez más modelos disponibles y el furor de las tres dimensiones se encontraba en todas partes. Películas, televisores e incluso Nintendo presumía de compatibilidad para tomar y reproducir fotos compatibles en el 3DS.
¿Qué pasó? Al paso del tiempo la fiebre terminó y las cámaras vendidas seguramente hoy son una bonita pieza de colección.
Aunque seas un entusiasta de la tecnología y sus avances, hoy no existen los elementos necesarios para justificarlo: si te haces de una cámara 360 es una apuesta arriesgada, pues aunque el concepto ya nos lo venden por todos lados, su tecnología aún tiene mucho camino que recorrer y madurar.
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