Parece que ni Apple ni el gobierno de Estados Unidos podrán saber cómo se desbloqueó el infame iPhone de San Bernardino. Fuentes dentro de la Casa Blanca confirmaron a Reuters que el FBI no tiene derechos legales sobre el método que se utilizó para romper la seguridad del smartphone; de hecho, según estos informantes, es probable que la agencia federal ni siquiera sepa los detalles de la técnica.
El iPhone en cuestión pertenecía a una pareja americana de ascendencia pakistaní que atacó el Inland Regional Center en San Bernardino, California. Después del ataque —que dejó 14 muertos y al menos 20 heridos— el FBI encontró el dispositivo en la casa de los perpetradores. La agencia aseguró en el aparato podría encontrarse información sobre el ataque, y fue por eso que contrató a un grupo de hackers para que rompieran la seguridad.
Para saber más: Apple está en guerra contra el gobierno de EUA para proteger la información de sus usuarios
Estados Unidos tiene una política llamada VulnerabilitiesEquitiesProcess (VEP), la cual obliga a las agencias gubernamentales a reportar fallos de seguridad para que los fabricantes puedan corregirlos. Sin embargo, las fuentes aseguran que este proceso no considera los errores o fallos encontrados por compañías privadas, tal como en el caso del iPhone de San Bernardino.
Según las fuentes, [b]“sin cooperación por parte de la compañía (los hackers), el FBI no podría presentar el método al VEP, incluso si quisiera”[/b].
Ahora solo queda esperar a ver si las partes implicadas hacen alguna declaración. En lo personal, creo que el debate se vuelve moral: ¿es correcto que un grupo de hackers posea un método de rompimiento de seguridad y que no esté legalmente obligado a compartirlo para su corrección?
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