El cambio climático ya no está favoreciendo nuestra tranquilidad en el planeta. Producimos tanta basura que ya no sabemos dónde ponerla. Aunque podríamos apilarla —como en Wall-E— y cruzar los dedos para que los viajes a Marte lleguen lo más rápido posible, aún no somos tan mala onda como para abandonar a nuestro planeta. Por eso, seguimos buscando opciones para solucionar el problema que nosotros mismos causamos.
Afortunadamente, un equipo de científicos japoneses descubrió que la naturaleza nos está echando la mano para limpiar nuestro cochinero y ha creado una bacteria que degrada el politereftalato de etileno (PET). El microorganismo Ideonella sakaiensis 201-F6 se alimenta exclusivamente de PET y lo destruye en un proceso de dos pasos.
Primero, la bacteria se adhiere al PET y libera una enzima llamada PETasa que transforma al PET en otra sustancia llamada MHET. Después, la bacteria libera otra enzima, la MHET hidrolasa, que convierte el MHET en los componentes básicos del PET: etilenglicol y ácido tereftálico. Al tenerlos separados, los usa como alimento.
Los investigadores del Instituto de Tecnología de Kyoto, la Univerisdad de Keio en Yokohama y otros centros japoneses, encontraron que la bacteria tarda 6 semanas en completar este proceso en una lámina delgada de PET porque se multiplica lentamente y necesita estar a 30 ºC. Como el calentamiento global nos está pisando los talones, los investigadores podrían alterar la genética de las bacterias y combinarla con otras para acelerar su reproducción.
Los investigadores están asombrados porque el PET sólo ha existido por 70 años y en ese corto tiempo, la evolución ha creado esta bacteria que se alimenta de un material tan resistente como éste. Al estudiar más profundamente la Ideonella sakaiensis, los científicos podrían copiar su funcionamiento y crear enzimas que se alimenten de otros plásticos.
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