Muchos de nosotros hemos conocido a alguien que padece dislexia, sobre todo en los años de primaria donde siempre está ese niño al que la maestra no quiere entender. Pero al llegar a la etapa adulta, se nos olvida lo difícil que era para ese niño leer, escribir y en ocasiones, escuchar lo que los demás hacían. Incluso llegamos a creer que no es algo que afecte mucho y lo damos por hecho.
Un sitio web quiere ponernos en los zapatos de este padecimiento para generar conciencia y solidaridad entre las personas que no tienen idea de cómo se ve, ni cómo se siente.
Victor Widell es el creador detrás de este sitio inspirado en la historia de una amiga suya que le describió cómo era para ella esta experiencia. En su sitio web, las letras parecen saltar o moverse, lo cual dificulta increíblemente el proceso de lectura.
Algunos visitantes a su sitio web han comentado que esta es sólo una de las miles de manifestaciones de la dislexia. Para algunos, las palabras se muestran incompletas, volteadas o simplemente no son capaces de diferenciar una letra de otra.
Para experimentar el sitio de Widell por tí mismo, visita este link.
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