¿Qué tan perfecta es tu cara? ¿En qué te basas para discernir si lo es o no? Un estudio realizado por el fotógrafo Scott Chasserot descubrió que todos prefieren una versión modificada de su rostro a la real.
En el proyecto Original Ideal, Chasserot combinó psicología, neurología y fotografía para encontrar cuál es la apariencia ideal de las personas.
El experimento inició fotografiando los rostros de las personas en la forma más pura posible —sin peinados elaborados, maquillaje, ropa o accesorios—. Después, el fotógrafo las editó para coincidir con estándares mundiales de belleza (tono de piel, estructura facial, diferente cabello, entre otros) hasta tener 50 versiones aproximadamente.
Antes de mostrar los resultados finales a los fotografiados, se les conectó un escáner cerebral para medir sus reacciones al ver las imágenes modificadas. El objetivo era encontrar la versión de sí mismos que provocara la respuesta más positiva en el cerebro. Chasserot quería encontrar:
"en qué medida las interacciones diarias están definidas por las asunciones inmediatas que hacemos de los otros basándonos únicamente en su aspecto físico, el salto que hacemos de lo físico a lo psicológico".
Cuando encontró cuál fue la imagen favorita de cada persona, la colocó junto a la foto original para comparar cómo desearían ser las personas según sus ideales de belleza.
Una prueba de la veracidad de este experimento es la gran cantidad de aplicaciones para mejorar el rostro y el número de filtros que se usan en una fotografía antes de subirla a las redes sociales. Hay muchas personas que no suben fotos sin antes darles una manita de gato para mejorar su apariencia, pero al final del día ¿para qué subes una imagen: para retratar tu vida y apariencia, o para crear una versión mejorada de ti y enseñarla a tus contactos?
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