Sobrevivir a un apocalipsis zombie depende del lugar donde vives

Si crees que haberte aprendido cada cosa del Zombie Survival Guide será tu salvación durante una epidemia de muertos vivientes, lamento decirte que estás muy perdido. La clave para sobrevivir no está en tu experiencia con las armas o en saber cómo matar zombies —aunque sí debe ayudar en algo—, sino en el tipo de ciudad donde vives.

El popular sitio de bolsa de trabajo CareerBuilder —en Estados Unidos— usó sus herramientas de estadísticas para definir cuáles son los requisitos que necesita una ciudad para resistirse a un apocalipsis zombie y al parecer, todos los factores cuentan: capacidad para generar y almacenar comida, eficiencia para matar infectados, conocimientos en la creación de fortificaciones y obvio, personal médico que pueda enfocarse en el desarrollo de una cura.

Son cosas que a simple vista tienen todo el sentido del mundo, pero hasta en historias tan realistas como The Walking Dead les falla la lógica. Por ejemplo, este “estudio” dice que la defensa es la mejor ofensa, por lo que tener suficientes municiones y armamento es básico. Una ciudad con mucha seguridad —numerosos cuerpos policiacos—, así como concentración militar, tiene más probabilidades de frenar la invasión.

Contrario a lo que aparece en películas y series, una cantidad suficiente de armamento haría más eficaz el control de zombies, sobre todo si tienes gente debidamente entrenada. Y es que de acuerdo con el aprendizaje militar y policiaco habitual, debería bastar con un par de víctimas para que los soldados y policías identifiquen cuál es el punto más vulnerable del zombie —si le dispararon 20 veces en el pecho al tipo y no se cayó, no tiene caso que lo sigan haciendo—.

Considerando lo anterior, una ciudad que manufactura armas estaría lista para mantener su guerra contra los zombies durante mucho tiempo, claro, siempre y cuando tengan suficiente materia prima. Por otra parte, la gente que trabaja en la industria de la construcción sería útil para edificar barreras que detengan hasta a las hordas más salvajes —a menos que pase como en la película de World War Z—, en especial si la ciudad todavía no presenta infección. Obvio que un proyecto de defensa de ese tipo tomaría mucho tiempo y estaría destinado para el fracaso si la epidemia se propaga demasiado rápido.

Por último, la comida siempre se toma como algo que “está ahí” para los sobrevivientes —gracias latas de atún—, pero la realidad es que hasta un grupo pequeño de personas agotaría las reservas de un centro comercial en relativamente poco tiempo. En aproximadamente 4 semanas, la hambruna comenzaría en casi cualquier ciudad, por lo que haría falta generar alimento o arriesgarse a una situación de anarquía absoluta.

Al final, la única alternativa sería encontrar una cura con suficiente velocidad, el problema es que las ciudades con mayor desarrollo científico serían las más vulnerables en cuanto a defensa militar —con excepción de Washington, Londres y Berlín—. O de plano la alternativa es irse a vivir al lugar más remoto que exista, poner una granjita y esperar que los zombies no te huelan a 300 kilómetros de distancia.

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