¿Cómo describirías el dolor estomacal, migraña o calambre a alguien que nunca lo ha sentido? ¿Te creería o pensaría que exageras? ¿Se cansaría de tus explicaciones y te daría el avión? Es justo lo que pasa a personas que tienen enfermedades psicológicas.
Ahora se sabe que la ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo y esquizofrenia son muy comunes. La Organización Mundial de la Salud calcula que en América Latina, entre 19% y 24% de los adultos tiene padecimientos psicológicos; en el D.F., 1 de 4 capitalinos los padece. ¿Cuántas personas hay en el lugar en el que estás ahorita? Si hay más de 4, es muy probable que al menos uno luche contra una enfermedad y ni siquiera lo sospeches.
Las personas con enfermedades psicológicas pueden ser irritables, impulsivos, intolerantes y hasta agresivos. No es fácil luchar todo el día contra una enfermedad que no se ve, pero te sigue a todos lados y te tortura sin que nadie lo note. Es aun más molesto que, por falta de información o entendimiento, la gente juzgue sin saber lo que en realidad se siente, lo mucho que duele y lo difícil que es tener que seguir con el trabajo o escuela como si nada pasara.
Las enfermedades mentales afectan igual que las físicas. Es igual de molesto ir a trabajar con depresión que con diarrea. Pero socialmente, las enfermedades mentales no tienen la validez de las físicas y quienes no saben de qué se trata dan los peores consejos.
Aquí hay una serie de imágenes que describen cómo se escuchan esos comentarios para los que padecen la enfermedad.
Que nunca lo hayas sentido, no quiere decir que no exista. Hay personas que están en una batalla con su mente, no requieren más consejos ni regaños, sólo necesitan saber que cuentan contigo. Sé más empático con las personas a tu alrededor, no sabes por lo que están pasando.
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