Seguramente te encuentras leyendo esta nota debido a que viste la palabra ortografía y eres un apasionado por la buena escritura, o la pornografía llamó tu atención e instantáneamente tu imaginación se puso a volar —a mí no me engañas—. Lo que haya sido, no tienes por qué avergonzarte, quizá no estés tan lejos de la realidad, ya que la pornografía y la ortografía pueden llevarse muy bien para enseñarte a escribir mejor.
Sabina Urraca, quien se hace llamar Sopapo, publicó el manual Tus faltas de ortografía hacen llorar al niño Dios. Un instructivo que muestra sin tapujos ilustraciones pornográficas con mensajes útiles para todos aquellos que deciden omitir reglas ortográficas básicas: olvidar acentos, acortar palabras o escribir de esta forma: “bniio pz iio nu zoii d tepiis pru numa m enknta vztirrm azhiii numa” —una verdadera diarrea verbal—.
Los dibujos son sencillos, imperfectos y bizarros, pero muy subidos de tono. Las ilustraciones muestran todo tipo de escenas sexuales: tríos, masturbaciones, sexo lésbico y gay, orgías y todo un repertorio que me llevaría horas mencionar .
Sopapo es licenciada en comunicación audiovisual y radica en Madrid, España —lo que explica su pasión por la ortografía—. Para ella es una maldición tener esa insistencia por corregir mensajes de texto, mails y toda palabra escrita que encuentra. A modo de manifiesto —en el que más de un corrector de estilo se identificará— ella lo plasma de la siguiente manera:
“YO TE MALDIGO a sufrir por toda la eternidad el mal de la extrema corrección ortográfica. Incordiarás eternamente a tus seres queridos ante una be en lugar de uve. Te desenamorarás de hombres de buen corazón en el instante en el que descubras que escriben sin tildes, tu alma de mierda no encontrará compasión ninguna ante un inocente y gracioso “girafa”, y no podrás vencer la tentación de corregir a la gente con una sonrisa de suficiencia, llegando en ocasiones a vejarles públicamente en las redes sociales (que son algo que ahora, en 1984, aún no se sabe muy bien qué es, pero ya verás, ya). Tus propios amigos se angustiarán cada vez que tengan que escribirte un mail por terror a fallar. Terminarás muriendo sola, con el corazón negro, podrido de tildes, y una pizza barbacoa fría en el regazo. Y, aun sabiendo tu terrible destino, NO PODRÁS ESCAPAR DE ESTA MISIÓN QUE TE HA SIDO ENCOMENDADA”.
Después de leer tal maldición —o bendición, en todo caso— compadezco a mis correctores de estilo que muchas veces sufren con mis notas, pero aman lo que hacen. Si deseas mejorar tu ortografía, date un clavado en el sitio oficial de Sopapo y comienza a excitar esa mente cochambrosa con ortografía pura sin errores.
Nosotros, por nuestra parte, esperamos que nuestras notas no hagan llorar demasiado al niño Dios.
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