El próximo 31 de julio habrá luna azul, un fenómeno que sucede cada 3 años, así que se repetirá hasta 2018. Si eres fan de la astronomía o la contemplación nocturna, deberías emocionarte, de lo contrario, no te preocupes, tu vida seguirá sin alteraciones. Y es que si el nombre sugiere algo especial y místico, la realidad es que ni siquiera tiene que ver con el azul.
En 2018 habrán 2 lunas azules, una en enero y otra en marzo
Este término hace referencia a la aparición de una segunda luna llena el mismo mes del calendario gregoriano; en el caso de 2015, la primera fue el 2 de julio y la siguiente, el próximo 31. La razón es que el ciclo de la Luna toma aproximadamente 29.5 días, así que eventualmente un trimestre tendrá 4 lunas llenas. Fuera de la curiosidad matemática, es un suceso relativamente cotidiano, aunque como ya es costumbre, hay gente que le atribuye cualidades mágicas o que lo consideran un factor astrológico importante para la fortuna. Obviamente, la NASA dice que ese no es el caso.
De hecho, son muy pocas las circunstancias en que la Luna tiene una tonalidad azul: sólo cuando ciertas partículas de humo filtran la luz, como en un incendio forestal muy intenso o, más específico, cuando explota un volcán —pasó con el Krakatoa en 1883—. En todo caso, la tonalidad siempre va hacia el anaranjado. Se dice que el nombre Blue Moon surgió a partir de una mala interpretación de la palabra belewe del inglés medieval, la cual significa traidor. En aquella época la luna llena no estaba entre las cosas favoritas de la gente porque en primavera obligaba a extender el ayuno de la cuaresma y claro, una cuarta luna era sinónimo de luna traidora.
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