Gracias al sistema de encriptación de los iPhone y de los Android con Lollipop, los gobiernos no han podido extraer información privada de los teléfonos que tienen en su posesión. Sin embargo, recientemente recurrieron a una ley que data de 1789 para que las cortes puedan obligar a los fabricantes de teléfonos a proveer asistencia técnica para desencriptar los equipos que algunas agencias gubernamentales, como la CIA, el FBI o la NSA, tienen en su posesión.
Apple y Google aseguran que la encriptación de sus dispositivos es imposible de sobrepasar y sólo se puede acceder a la información si el usuario provee la contraseña. No obstante, dicha ley exige a las empresas a que den un vistazo al equipo para ver si consiguen extraer algunos datos; pero esto no quiere decir que alguna de las compañías logre hacerlo.
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