Si nos referimos a componentes computacionales, es casi una regla que entre más chico, mejor. En el ámbito de los procesadores esto significa que a mayor número de transistores en la misma área, aumenta la eficiencia. Muchas compañías tecnológicas han hablado de reducir sus arquitecturas a 32 y hasta 28 nanómetros (microscópicas medidas que se refieren al tamaño del microchip), pero hasta ahora ha sido muy difícil pasar del rango de los 20 nm cuando se crean patrones individuales de datos en los discos duros.
En 2011 Western Digital adquirió HGST (antes conocida como Hitachi Global Storage Technologies) por $4.3 millones de dólares. Esta inversión parece haber rendido frutos, pues permitió que la compañía pudiera desarrollar un método para disminuir a tan solo 10nm las secuencias de información en las capas (islas magnéticas) que componen al plato del disco duro. Esto representa un aumento al doble en la capacidad de espacio en dispositivos de almacenamiento.
El proceso que se utiliza tiene como nombre nanolitografía y es gracias a él que se pueden desarrollar estas diminutas islas magnéticas de 10 mil millonésimas de metro, es decir 100,000 veces más delgado que un cabello humano.
Este anuncio se presenta en una era en la que el almacenamiento en masa es cada vez más frecuente debido al crecimiento exponencial de las redes sociales y de servicios en la Nube. La reducción que ofrece este tipo de tecnología es una excelente noticia para dichos servicios ya que la infraestructura de almacenamiento necesaria para albergar los datos de usuarios va en aumento e implica costos cada vez mayores.
Esta nueva invención de HGST representa una dramática reducción en gastos de mantenimiento, enfriamiento, almacenamiento físico y operación general, ayudándo a reducir costos para las grandes empresas además de abaratar los dispositivos comerciales, el único inconveniente es que su comercialización se tiene proyectada para finales de la década, así que debemos ser pacientes.
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