Ayer tuvimos un par de noticias relacionadas con proyectos de crowdfunding: uno que quiere convertirte en superhéroe y otro que desea revolucionar las relaciones sexuales a distancia. La noticia de hoy llega de parte de un grupo de escandinavos que quieren desarrollar un traductor de ladridos de nombre No More Woof. Así como lo lees: esta diadema promete interpretar la actividad cerebral de tu perro para luego emitir frases que puedas comprender.
El dispositivo trabaja con sensores utilizados en electroencefalogramas y con una pequeña computadora RasperryPi que transmite las frases por medio de un altavoz. Existen distintos modelos: el más barato, $65 USD, distinguirá diferentes estados de ánimo, como cansancio y curiosidad; la versión más completa incluye un mayor número de sensores y un software más elaborado que articula frases de mayor complejidad. También trabajan en distintos tipos voces para que vayan acorde con la personalidad de tu perro.
Si piensas que es demasiado bueno para ser verdad, tienes un poco de razón. La mayor desventaja es que aún se encuentra en fase de investigación. A diferencia de otros proyectos de crowdfunding que ya cuentan con prototipos funcionales, No More Woof está buscando el apoyo de la gente para continuar investigando. Esto significa que tal vez no logren su objetivo y el producto no se convierta en realidad.
La idea no es tan descabellada como se podría pensar. El neurocientífico Gregory Burns, del Emory University Center, determinó mediante escaners FMRI que los perros y los niños pequeños tienen los mismos niveles de conciencia. En este estudio, se observó que la actividad cerebral del perro aumentó en respuesta a las señales que indicaban comida o cuando percibían olores familiares. A esto se le llamó homología funcional, lo que puede indicar emociones caninas.
Tal vez parezca un chiste, pero éste bien podría ser un avance importante en la ciencia y la veterinaria. En lo personal, me sería bastante útil, por lo menos mi perro podría ayudarme a contestar el teléfono o preguntar quién toca a la puerta; sería un buena forma de empezar a compensar por todos los destrozos que ha hecho.
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