Justo cuando creíamos que la censura de Internet en México había superado su época más difícil, los legisladores del PRI, Héctor Gutiérrez de la Garza y Aurora Denisse Ugalde, revivieron de las cenizas a la reforma a La Ley de Propiedad Intelectual y la Ley Federal de Derechos de Autor, bautizada en la red #LeyBeltrones.
Esta legislación, que podría considerarse la versión mexicana de SOPA (Stop Online Piracy Act), tiene como propósito facultar al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para investigar supuestas violaciones a los derechos de autor e imponer multas de 30 a 20,000 días de salario mínimo ($2103 MXN a $1,402,000 MXN ) a los infractores.
Para explicar rápidamente esta legislación veamos el siguiente párrafo que señala como infracción a "la comunicación pública o la transmisión mediante una red pública de telecomunicaciones de obras literarias o artísticas, fonogramas, videogramas, interpretaciones o ejecuciones, señales de organismos de radiodifusión o ediciones protegidos por los derechos de autor o derechos conexos, sin la autorización de los respectivos titulares."
En resumen, si no tienes la autorización expresa del autor de una obra (aunque sea una foto sacada de Google), vas a infringir la ley si la usas, y por lo tanto, serás sujeto de multas que podrían ser millonarias. Y peor aún, no puedes utilizar el material aunque no quieras lucrar con él, lo que vuelve a una obra protegida en algo totalmente inutilizable por cualquier medio, si no se tiene el consentimiento expreso del autor.
Tal vez lo más preocupante de todo sea que el IMPI tendrá la facultad de ordenar a los proveedores de Internet suspender el acceso a sitios que presuntamente infrinjan la ley, lo que significa que el Instituto tendría el control de lo que puede mostrarse en la red.
Adicional a esto, la #LeyBeltrones estipula que los proveedores de Internet deberán dar al IMPI toda la información necesaria para la localización del infractor, es decir, dirección IP, nombre y domicilio físico.
Pero, ¿cómo te afectaría directamente la aprobación de esta ley?
De ser aprobada esta ley, se vería violada tu privacidad, pues los proveedores de servicios de Internet estarían vigilando tus hábitos de navegación y guardando un registro de las páginas y servicios que visitas. La información de esta naturaleza podría ser utilizada por un mal gobernante para vigilar a un activista o a un disidente político.
Tu libertad de expresión estaría siendo coartada, ya que subir a Twitter una selfie en la que se vea un cuadro protegido por derechos de autor, compartir el enlace a una canción en redes sociales o utilizarla para ponerla de fondo en un video de YouTube, podría considerarse una violación a la ley y resultaría en la remoción de tu cuenta o en multas.
Pero tal vez lo más grave sería el hecho de que el IMPI podría seleccionar lo que puedes ver en Internet, pues tendría la facultad de ordenar a los proveedores de Internet restringir el acceso a las páginas que visitas regularmente, si publican obras protegidas por derechos de autor. Esto podría derivar en una disminución en los canales de distribución de contenido y nos llevaría a la era del monopolio informativo, en la que sólo las empresas con grandes recursos pueden costear la creación de contenido y los derechos de autor necesarios para informar y entretener.
La manipulación de la opinión pública
Para ilustrar este punto pongamos un ejemplo: Televisa graba o adquiere los derechos de una grabación en la que se ve a un político en un acto de corrupción y la ciudadanía publica el video en Facebook, Twitter y YouTube con el propósito de hacerlo viral. Si esta ley se aprueba, la empresa tendría el poder de eliminar todas las fuentes del video, ya que estará protegido por su propiedad intelectual, lo que se traduciría en menos exposición de la evidencia y, por lo tanto, en protección para el involucrado.
De esta forma, cualquiera con poder adquisitivo suficiente podría comprar los derechos de video y audio incriminatorios y llevar a cabo una especie de censura velada en diversos medios de información y así ejercer más control sobre la opinión pública.
Todo lo anterior es posible debido a que la redacción de la #LeyBeltrones es imprecisa, incluso hay quienes sospechan que esto se debe a que no fue escrita por legisladores, sino por asociaciones de autores y compositores que necesitan su aprobación debido a sus intereses económicos.
La ley busca proteger a los creadores de contenido, pero su poca claridad, su falta de enfoque y sus medidas draconianas podrían ocasionar problemas más importantes que las soluciones que pretende ofrecer.
Vivimos en un mundo nuevo, donde el libre flujo de ideas nos permite conocer cada vez más elementos de nuestra cultura, nuestros intereses y la forma de ser y pensar de los demás. La abundante circulación de información nos permite tener acceso a ideas diferentes, lo que nos vuelve una sociedad cada vez más abierta, culta y ávida de conocimiento.
Las empresas que se adueñaron del poder y los recursos en el pasado se resisten al cambio y pretenden (inútilmente) usar su dinero para que sus anticuados modelos de negocios continúen vigentes en un mundo que los dejó atrás hace tiempo. La aprobación de esta ley representaría un duro golpe a la sociedad mexicana, pues coartaría la libertad de expresión, pondría un freno a la innovación y dejaría a al país rezagado en un momento en que la libre compartición de ideas y contenido tiene cada vez más relevancia.
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