No importa si hace tiempo hemos dejado de ser pequeños, el 6 de enero, Día de Reyes Magos, continúa siendo hasta la edad adulta una fecha muy especial. Pero, ¿te has preguntado por el origen de esta tradición? Si ya lo sabes, de todas formas en Qore tenemos la certeza de que vale la pena recordar el comienzo de la magia y si no, siempre es un buen momento para aprender.
El origen bíblico
El registro más antiguo y popular de la existencia de Melchor, Gaspar y Baltazar se encuentra en la Biblia, específicamente en el Evangelio de San Mateo. Pese a esto, no queda claro que se trate de reyes y tampoco se menciona que sean tres individuos. Lo que sí cuenta el relato es la aparición de unos magos, quienes llegaron desde Oriente guiados por la estrella de Belén, para adorar al rey de los judíos que acababa de nacer.
Se sabe por el mismo texto, que durante su camino, los magos fueron llamados por quien fue el rey de Judea en ese momento: Herodes el Grande. La intención de la espontánea reunión era, aparentemente, recabar información para que el gobernante conociera la ubicación del recién nacido y pudiera adorarlo también; aunque después sabríamos gracias a un ángel que el plan genuino era asesinar al niño. Después de realizar la parada en el palacio, se cuenta que el astro logró guiarlos hasta un pesebre en Belén donde se encontraba la familia: María, José y el pequeño Jesús. Durante este encuentro los visitantes ofrecían ofrendas, así que los magos dejaron sus respectivos presentes cargados de simbolismo sobre el futuro que le esperaría: oro, incienso y mirra.
Si bien hay una aparición clara en la historia, no existe mucha más información detallada sobre los místicos visitantes en el texto oficial religioso. De modo contrario, en lo que se conoce como Evangelios Apócrifos, está mejor descrita la historia de estos hombres. Gracias a éstos, se considera que más que magos, se trataba de una especie de astrólogos quienes, tal como lo hacen los actuales, interpretaban desde entonces acontecimientos a partir de los movimientos de los astros. En concordancia, en la literatura española se tiene como antecedente el Auto de los Reyes Magos, una de las obras de teatro más antiguas escrita en castellano. En ella, se describe a los personajes con la palabra "stelero", que significa astrólogo. Respecto a la información que refiere el número de individuos, se cree que tiene un vínculo con la figura de la Santísima Trinidad y la cifra de regalos que ofrecieron al bebé de María.
Los primeros registros de la festividad
Aunque lo anterior es el origen primario, de acuerdo con expertos del Departamento de Manuscritos Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España, la tradición que conocemos sobre los Reyes Magos actualmente nace de forma más concreta en la época medieval, donde incluso se sospecha que se les llamó con los nombres que sabemos. Respecto al registro de sus nombres, el más antiguo se encuentra en el mosaico de la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad de Rávena, Italia, y data del siglo VI. Aunque quizá puede llamar la atención que estos personajes se presentaran en un centro religioso, en algunos manuscritos se sostiene que solían ser santos a quienes se encomendaba causas como las de los enfermos de epilepsia, a tal grado que con solo decir sus nombres y una oración al odio del paciente, este podía curarse. Además, se les reconoció como protectores de los viajeros y de los peregrinos gracias al éxito de su viaje a Belén. Y, en algunos puntos de Europa, el 6 de enero se escribían las iniciales GBM en las puertas de las casas y los establos para proteger a las personas y otros animales de toda clase de entes malévolos.
Reyes de tradición pictórica
A pesar de que los Reyes Magos comenzaban a tomar un papel importante en dichas sociedades, el momento álgido de iconicidad que los consagrara hasta nuestras fechas tuvo lugar durante el Renacimiento. Aunque hay registros de arte referente desde la edad media, sería hasta tiempo después cuando artistas de la talla de El Bosco, Botticelli y El Greco incorporarían la escena bíblica a sus obras. Este arte fue, sin lugar a duda, el que permeó la imagen de este trío hasta nuestra época y permanece en el imaginario popular: tres hombres arrodillados en un pesebre, ataviados con ropas propias de reyes, acompañados de un séquito y diferentes animales.
Tradición que perdura
En la actualidad, la festividad de los Reyes Magos se vive de diferente forma según las regiones. En el caso español, por ejemplo, se acostumbra realizar la Cabalgata del día 5 de enero, en la que se asemeja el recorrido de aquella noche en Belén. Ahora, los Reyes Magos desfilan en elegantes carrozas y reparten dulces, mientras recogen cartas de algunos niños. Para la cena de este día, no puede faltar un elemento especial, se trata de el Roscón o Tortell de Reyes, un pan en forma de rosca adornado con fruta escarchada y, aunque originalmente se preparaba con mazapán, actualmente existen diversas variedades.
Puesto que se trata de una fiesta europea, algunos países de dicho continente la celebran con sus variantes; por ejemplo, en Francia cambia el bizcocho y se trata más bien de una tarta que de una rosca. En algunos países de Latinoamérica, los niños recolectan pasto para los camellos que acompañan a los Reyes Magos; mientras que en otros acostumbra limpiar los zapatos muy bien para colocar sus cartas con peticiones.
En el caso de México, existen diversas formas de la tradición. Es cierto que hay algunas actividades estandarizadas, como comer la Rosca de Reyes, pero en las comunidades pequeñas y tradicionales puede existir variantes. Es el caso del barrio de Los Reyes, Coyoacán; ubicado en el corazón de la capital del país, la población celebra a los míticos personajes con una mayordomía, un sistema en el que una familia cuida la imagen religiosa de los Reyes Magos durante todo el año y el día de la fiesta prepara la comida para todos los asistentes.
¿Estás listo para dormirte temprano y dejar un poco de agua a los camellos de los Reyes Magos o te has resignado a esperar carbón? ¡Déjanos tus comentarios!
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