Por Eduardo Alexandri, Director General de Western Digital en México.
Cuando hablamos de diseño en la industria de la tecnología, es probable que sólo se piense en los últimos teléfonos inteligentes, auriculares, pantallas, cargadores y otros gadgets que, por lo general, se refieren a sus llamativas líneas de diseño y materiales innovadores y acabados como uno de sus principales atributos.
La importancia que el diseño ha adquirido para los consumidores se refleja en cómo se ha convertido en un factor considerado en los puntos de compra: ¿Cuánto me identifica? ¿Es un reflejo de mi personalidad? ¿Quiero guardarlo en el fondo de un cajón o llevarlo conmigo por todas partes? Y el desarrollo de productos tecnológicos reconoce que esto ha ido incrementándose, poniendo al diseño en el centro del concepto del producto.
El consumidor de tecnología ha evolucionado, y junto a él lo han hecho los productos más funcionales, como podría ser el caso con los discos duros. La categoría de almacenamiento era una que tradicionalmente no consideraría el diseño en la experiencia del usuario. Y aunque los productos mejoraban en tamaño y facilidad de uso, usualmente permanecieron como dispositivos "fríos", con poca intención de generar un vínculo emocional con el usuario o entregar un valor añadido más allá de su función específica. Particularmente, y en resumen, los discos duros externos han sido necesarios y funcionales, pero estaban lejos de ser entendidos como objetos potenciales de deseo o extensiones de la personalidad del consumidor.
Las expectativas de los consumidores han cambiado y ahora es más importante que nunca mantener la conexión entre la tecnología y la gente, no exclusivamente en funcionalidades: una es extensión de la otra y así debe ser entendida por aquellos que quieren seguir avanzando hacia nuevas y mejores formas de vincularlos.
Un ejemplo de esto es la colaboración entre fuseProject -un estudio de diseño de marcas centrado en tangibilizar las experiencias- y Western Digital para reimaginar el disco duro portátil y dar vida al último modelo del tradicional My Passport. El nuevo My Passport combina colores en un atractivo diseño, despega del habitual bloque de almacenamiento portátil y mueve las unidades portátiles de este tipo a una categoría renovada en tecnología y estilo de vida.
Este es probablemente el primer paso de muchos, pero el concepto está aquí para quedarse, y las empresas de tecnología deben entender la tendencia: hoy en día, sus productos deben ser visualmente atractivos y ofrecer una experiencia de usuario increíble, que es ahora el estándar para los consumidores.
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