Un grupo de hackers simpatizantes del presidente Bashar al-Assad robó información importante a rebeldes sirios entre finales de 2013 y principios de 2014, así lo confirmó la empresa estadounidense de seguridad FireEye.
El plan de los hackers se concretó gracias a una hazaña muy sencilla: se hicieron pasar por chicas simpatizantes de la oposición. De tal manera, mantuvieron pláticas con los rebeldes por medio del chat de Skype, y cuando ganaban su confianza mandaban fotos con malware, los cuales permitieron robar información confidencial.
Gracias a esta operación, se filtraron muchos datos sobre posibles ataques por parte de los rebeldes, como planes de batalla, posibles emboscadas y ataques a lugares importantes, como Khirbet Ghazaleh.
De acuerdo con las investigaciones, los servidores de los intrusos se encuentran fuera de Siria, pero no se descarta que el ataque provenga de hackers oriundos de ese país, ya que desde 2011, los partidarios y rebeldes al régimen del mandatario al-Assad viven en una constante guerra informática y física.
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