Cada que Apple prepara un nuevo dispositivo es inevitable sentir curiosidad por las novedades que aportará y con iPhone 5 el sentimiento no fue más humilde. A final de cuentas, la cuarta generación del teléfono marcó un estándar de calidad que a la fecha, pocos han podido perseguir. Lamentablemente, el teléfono más deseado por muchos ya no cuenta con la visión de Steve Jobs y más que un paso monumental en su trayectoria, este nuevo iPhone es una precavida evolución. La pregunta es si comienzan a verse los indicios de que el rey está a punto de perder su corona.

Diseño

Para dar con la respuesta hay que mirar cada uno de los elementos, comenzando desde afuera. En términos de diseño, no hay mucha diferencia de forma entre el 4S y este modelo fresco, si acaso el más notorio es que se trata de un bloque más largo y con ello apuesta por una pantalla que rompe con las dimensiones clásicas de todos los iPhone previos. En pocas palabras, podrías pensar que iPhone 5 no es ninguna novedad, pero hay que tocar para creer, y una vez está en tus manos es notoria la diferencia entre hermanos. Y es que desde componentes internos, hasta la presentación de los materiales externos, luce como un aparato completamente distinto.

Los acabados son similares al 4S, sin embargo están implementados de modo orgánico, lo que significa menos relieves y bordes, para terminar con una estructura uniforme. Mientras tanto, los redondeados bordes siguen ahí, y hasta la banda de metal que rodea al teléfono tiene su lugar de siempre, aunque cada aspecto está integrado bajo una filosofía aún más minimalista que intercambia diseño abiertamente industrial por algo estilizado.

Lo interesante es que la vanguardia de diseño viene acompañada de comodidad y presencia ergonómica. La sujeción del iPhone 5 es tremendamente cómoda, y a pesar de que muchos fatalistas auguraban que la pantalla era demasiado alta para ciertos pulgares, la realidad es que está creada a la medida exacta. Ayuda también que los 112g están bien distribuidos al grado que ni se notan, claro, no es muy buena noticia para aquellos que disfrutaban el notorio peso del anterior iPhone. Como nota personal, la versión en negro es simplemente fascinante.

Pantalla

Tras la maravilla de Retina Display, va a pasar mucho tiempo para que Apple brinde algo igual de impactante, lo que nos deja ante la pantalla del iPhone 5, que, valiéndose de dicha tecnología visual, presenta una buena calidad de imagen, y nada más. Obviamente, la pulgada adicional genera una anormal resolución de 1136 x 640 pixeles, permitiendo así que la interfaz tenga espacio para más íconos o despliegue más correos. Para efectos prácticos, incrementar el tamaño del teléfono no trajo nada positivo, y si bien tampoco crea experiencias negativas, es un cambio que pasará a la posteridad sin pena ni gloria, situación triste, pues Apple pudo aprovechar el margen adicional para un mejor manejo de notificaciones, u opciones adicionales del sistema operativo. Tal vez en la siguiente versión de iOS.

Foto y video

Pero en tanto la pantalla carece de relevancia, la cámara del iPhone 5 es tal vez uno de los logros más elogiables en la historia de los dispositivos móviles de Apple. Es, a resumidas cuentas, una maravilla, dando claridad, nitidez y definición a cada foto que tomes sin importar las condiciones luminosas del entorno. El enfoque automático pauta una profundidad sin precedente, e independiente a si haces una toma muy abierta o muy cercana al objeto, el resultado siempre grita genialidad.

Por fortuna el video no se queda atrás, y adicional a un sensor que da estabilidad a tus producciones, el teléfono cuenta con filtros que dotan a cada trabajo de la misma calidad de una foto.

Desempeño

Para estrenar nueva generación, Apple introdujo el procesador A6 que escala ligeramente el desempeño de su antecesor, y que en conjunto con el giga de RAM, garantiza estabilidad sin importar lo demandante de las aplicaciones. Claro, a menos que ejecutes flamantes juegos o alguna herramienta saturada de vectores en los que se notará un incremento en framerate, las mejoras son casi imperceptibles. Es seguro que a futuro se aprovecharán las bondades del procesador, pero mientras llega ese momento, bien puedes esperar para actualizar de teléfono.

Y es que además la batería es igual de decepcionante que en el 4S. Sin más, un día típico de actividades variadas agotarán la energía en tan sólo 5 horas, eso siempre y cuando no tengas activado Wi-Fi y 3G al mismo tiempo. La deficiencia podría deberse a una pésima administración de notificaciones, las cuales encienden la pantalla una y otra vez, pero inclusive si desactivas todas, el rendimiento no mejora demasiado.

Veredicto

Pese a los puntos flacos, iPhone 5 es incuestionablemente el mejor teléfono que ha producido Apple, y tanto para seguidores como para el resto de los consumidores, es uno de los mejores smartphones de la actualidad. Ante la salvaje competencia ofrece interesantes características que ameritan la inversión, al margen de que en algunos aspectos se está quedando corto, en particular en el campo de la innovación y no sólo en cuanto a mejoras que compensen carencias, sino auténtica vanguardia que permita mayor flexibilidad y más capacidades. La corona de iPhone está en riesgo y queda ver quién la reclamará, pero al menos la quinta generación defiende el trono con honor.