Después de años de expectativa y mucha presunción por parte de los fabricantes, los televisores OLED al fin son una realidad, pero Samsung consideró que hacía falta un elemento adicional para que la fórmula fuera irresistible y así, apostó por un diseño curvo que, además de atractivo, es muy funcional.
De primera impresión, la ligera curvatura cóncava del panel de este televisor es una mera distinción estética, pero a efecto práctico se trata de una solución que, de forma similar a una sala de cine, permite mirar la pantalla con mayor naturalidad sin perder detalle de las orillas. Desde luego, para tener una perspectiva perfecta es necesario sentarse al centro a una distancia determinada.
La OLED TV de pantalla curva es la primera de una familia que Samsung espera se vuelva una fuerte tendencia, aunque claro, para asegurarse de que eso suceda, recurrió a una novedosa tecnología que realza la luminosidad de los pixeles, mejora los colores y aumenta los contrastes. El resultado, en palabras de la compañía coreana, es una calidad de imagen sin precedente.
En comparación con el plasma tradicional y los LED de LCD, el OLED se basa en una capa de pixeles que, al no requerir filtro de color, proyectan mayor cantidad de luz. Gracias a dicha técnica, cada elemento en pantalla luce muy nítido y brillante, mucho más que en un televisor tradicional. Por supuesto, los 1080p de este modelo palidecen frente al 4K en términos de resolución, pero la idea del OLED es ofrecer la mejor imagen dentro de la alta definición estándar.
Dicho lo anterior, las 55" de este televisor tienen un elevado precio, si bien dentro del terreno de lo relativamente accesible al compararlo con las propuestas Ultra HD, pues al momento del lanzamiento en Estados Unidos cuesta $8,999.99 USD, mientras que en Asía es casi el doble. Es incierto cual será el costo para América Latina pero, sin duda, será muy superior al promedio de los televisores inteligentes de LED.
Ahora bien, además de que la OLED TV ofrece una calidad de imagen sin precedente, justifica la inversión con numerosas características que se suman a una experiencia placentera. De inicio está el diseño minimalista que se vale de un marco exterior dentro del cual flota el televisor, para integrarse de manera orgánica con la habitación. Y hablando de adaptarse con el ambiente, cuenta con un sensor que ajusta brillo y contraste de acuerdo con la cantidad de luz en la habitación.
El 3D ya no luce tan interesante como hace unos años, sin embargo aún conserva cierto atractivo y, para los adictos a dicho formato, la OLED TV incluye un convertidor de contenidos que agrega efecto estereoscópico a los videos en 2D. Para aquellos que no gustan de la tercera dimensión, pero suelen compartir el televisor con otras personas, está Multi View, un método que por medio de las gafas 3D de Samsung, permite mirar 2 cosas diferentes de manera simultánea.
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