Ante un medio tan cambiante como el de la tecnología, no es sabio decir que hay equipos casi perfectos, en particular porque siempre habrá otro que lo supere en especificaciones y funcionalidad. A pesar de todo, el HTC One es un esfuerzo por ejemplificar la perfección en teléfonos Android, pues todo parece funcionar con ejemplar desempeño.
Como carta de presentación, la compañía taiwanesa ofrece una versión rediseñada de su interfaz Sense, reacomodando elementos para facilitar el uso y ofrecer una experiencia más amena, sin mencionar que el minimalismo va a favor del atractivo.
Pero la simplicidad no significa minimizar la oferta de herramientas, al contrario, HTC implementó una serie de mejoras que explotan el corazón tecnológico del One. Para empezar, la cámara no escala la resolución a tanto conteo de pixeles como tanto presumen otras marcas, de hecho se limita a 4MP, a cambio garantiza una calidad de imagen envidiable. En parte la razón está en su lente de un tercio de pulgada, mucho mayor al promedio de los teléfonos, que en conjunto a un avanzado sistema de análisis de imagen, ofrece buenos resultados. Las fotos ostentan mucha nitidez y un gran equilibrio cromático, mientras los videos se presentan con buen conteo de cuadros por segundo y excelente estabilidad ante el movimiento.
Una de las principales presunciones con este teléfono es su poder interno, ya que está potenciado por un procesador Qualcomm Snapdragon 600 de cuatro núcleos a 1.7 GHz, además de 2GB en RAM y la más reciente tecnología gráfica Adreno. En conjunto, todos los componentes garantizan eficiencia en cada frente, sea para mantener abiertas múltiples aplicaciones, o al concentrarse en una sola app muy demandante –dígase un juego con gráficos avanzados–.
Dicho de otro modo, este móvil sigue la tradición de su antecesor, el One X, al imponer un precedente de poder y efectividad. La diferencia entre el abanderado del año pasado a éste, es que ostenta un diseño más angular, dejando atrás los acabados plásticos para dar paso a materiales de mayor resistencia. Al parecer perdió un poco de personalidad en el proceso, si bien conserva un gran sentido del estilo.
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