Una de las principales virtudes de Android 4.4, además de las novedosas características que aportó respecto a ediciones previas, es que simplifica tanto el funcionamiento del sistema que hasta los equipos de gama baja se desempeñan con suficiente fluidez. Aprovechando esa cualidad, Samsung diseñó una segunda generación del Galaxy Young, su teléfono más austero, que conserva la misma identidad estética, pero presenta un incremento notable de eficiencia con base en KitKat.

A simple vista, el Galaxy Y luce idéntico a su antecesor, resultado de heredar la ya clásica línea de diseño de Samsung. Su estructura apuesta por lo ergonómico para manos pequeñas, con esquinas redondeadas y costados que se curvean hacia atrás, mientras que la fabricación del teléfono consta de los mismos materiales que la primera edición (policarbonato), lo que significa resistencia suficiente para soportar el uso rudo, pero a cambio de una experiencia física que inevitablemente se percibe de baja calidad. Es decir, la sensación es la misma que brinda el modelo original.
Por supuesto, lo anterior tiene sentido ante el hecho de que Galaxy Y representa la oferta más económica de Samsung, así que la austeridad es completamente entendible. Lo mismo es válido para las especificaciones: un procesador de un solo núcleo a 1 GHz, 512 MB de RAM, cámara de 3.15 megapixeles y una pantalla TFT de 3.5" con resolución de 480 × 320 pixeles. Lo desconcertante es que la compañía redujo ligeramente la memoria, de 768 MB en el modelo pasado, a medio gigabyte; resulta extraño, pues aunque Android KitKat es mucho más flexible que Jelly Bean, el desempeño de las aplicaciones depende mayoritariamente del RAM.

Es probable que el ligero corte tecnológico se deba a una baja de precio y que TouchWiz Essence es una versión más simple que el molesto TouchWiz que reside en equipos Samsung de mayor precio —y en todos los equipos que lanzó la compañía en años recientes—. Curiosamente, Samsung quiere demostrar que hoy día hasta sus teléfonos de gama baja son capaces de ejecutar debidamente los juegos más populares, así que incluyó entre el software preinstalado 8 títulos de Gameloft, con gráficos medianamente demandantes.
En términos de conectividad, Galaxy Young 2 ofrece lo esencial, comenzando por una antena Wi-Fi con capacidad para funcionar como Hotspot, así como Bluetooth 4.0, GPS con GLONASS y compatibilidad con redes HSPA+ y GSM/GRPS/EDGE. La batería es de apenas 1300 mAh, lo necesario para rendir 8 horas de uso moderado.
Galaxy Young 2 forma parte del nuevo enfoque de Samsung por ofrecer mayor beneficio a cambio de precios más accesibles. Claro, ante la creciente competencia en la gama baja y media de los teléfonos inteligentes, no podía ser de otro modo. Estará disponible en próximos meses a escala global a un precio aproximado de $110 USD.
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