Los intentos de Microsoft por incursionar al ámbito del hardware no siempre han sido particularmente brillantes y si bien Xbox se convirtió en un fenómeno de abrumador éxito, Zune pasará a la historia por ser un experimento sumamente accidentado. Por ello era inevitable dudar del éxito de Surface, una tablet que aunque portentosa en especificaciones, se antojaba llena de defectos. Afortunadamente las peores predicciones resultaron erróneas y la firma de Bill Gates demostró su talento en el desarrollo de un producto flexible, poderoso y realmente atractivo.

Desempeño

Precedida por RT, una versión austera que podría catalogarse como el verdadero experimento, la edición Pro de Surface ofrece todas las bondades de Windows 8 y de hecho, deja en evidencia el hecho de que este sistema operativo fue diseñado para dispositivos móviles en lugar de PC convencionales. Claro, no es que Surface en si misma esté muy lejos de los equipos computacionales, pues sus componentes dejan en vergüenza a cualquier otra tablet.

Dicho de otro modo, es una Ultrabook compactada en espacio aún menor, a costa de pesar más que el promedio de las tablet. Con su procesador Intel Core i5 de última generación y 4GB en RAM, Surface Pro es capaz de cumplir casi cualquier tarea sin el más mínimo inconveniente, desde labores de productividad hasta ejecución de videojuegos. Sobra decir que no está ideada para los jugadores exigentes, pues su GPU Intel HD 4000 tiene severas limitantes cuando se trata de crear extensos mundos saturados de luces y sombras o con texturas en muy alta definición.

Pero la Surface Pro está lejos de ser una impedida en términos gráficos, todo lo contrario, si te dedicas al sector del diseño –artístico, industrial o arquitectónico–, tiene suficientes caballos de fuerza para desplegar elaborados planos atestados de nodos, siempre y cuando no se trate del esquema para un complejo habitacional. Por otra parte, el rendimiento con Photoshop ofrece resultados óptimos aunque no estelares y en todo caso depende de cuántas capas tenga tu lienzo.

Diseño

Otra diferencia de Surface Pro en relación al resto del rebaño tablet es que su estructura aparenta ser exageradamente resistente, al menos capaz de resistir algunos embistes del uso diario. Al ser de plástico, es un hecho que sufrirá los inevitables arañazos tras una caída, aunque tendría que accidentarse desde mucha altura para romperse, pues el policarbonato es de alta duración. Tal blindaje implica un grosor considerable que los ingenieros de Microsoft intentaron subsanar con bordes angulares, dando la impresión de una forma estilizada; el truco funciona, aunque tras algunos minutos de sujetar el aparato, las palmas de las manos comienzan a resentir la afilada orilla.

Hablando de incomodidades, la edición Pro –tanto como su antecesor– tiene un manejo excéntrico y poco práctico. Como tablet es muy pesada y cansada para las manos, como transformable con el teclado físico cuesta trabajo usarla sobre tu regazo. Ya que estamos con lo del teclado, la configuración de teclas es inapropiada pues rompe muchos convencionalismos de las laptop, como reducir el tamaño de Ctrl y Alt, suprimir la existencia del botón para menú desplegable y omitir los controles para ajustar el brillo de la pantalla. Todo eso no sería tan grave, pero la experiencia de escribir con el Touch Cover es un auténtico suplicio.

Conectividad

Por su diseño maduro y sofisticado casi pareciera el móvil ideal para profesionales, su inconveniente es la poca conectividad con periféricos y otros dispositivos. Un puerto USB 3.0, salida de audio, ranura Mini Display y adaptador para VGA no son suficiente para alguien que gusta de sacar máximo potencial al aparato, así que si usas mouse y teclado externos, debes recurrir a los que usan conexión Bluetooth. Sólo ten en cuenta que activar las señales inalámbricas drenan una batería que de por sí, no dura más de 6 horas.

Pantalla

Hay cosas en las que Surface Pro no suena muy seductora. Sí, tiene una pantalla de 10.6 pulgadas a 1080p con excelente respuesta táctil, pero el contraste deja un poco que desear. Ahora bien, aún cuando Microsoft desarrollo Windows 8 con esta tablet en mente, la mayoría de las aplicaciones siguen demandando el uso de mouse. La solución de Microsoft fue ofrecer un stylus capacitivo el cual, por cierto, funciona con magistral precisión, pero en lugar de que puedas guardarlo dentro del dispositivo, se coloca a un costado, dando pie a que se pierda fácilmente; además, se sujeta del mismo clip magnético que utiliza el cargador.

Veredicto

Se dice que la era de la PC está cerca de llegar a su fin y pese a la incertidumbre del futuro, Microsoft parece estar tomando medidas de precaución. La Surface Pro, al igual que la RT, tiene severos defectos que seguramente tendrán solución una vez se lancen nuevas ediciones. Mientras eso sucede, es una propuesta que seguramente enamorará a muchos por atractivo a simple vista pero que muy probablemente dejará insatisfecho a la mayoría por su cuestionable desempeño.