La combinación de formato completo y un cuerpo compacto resultan en una experiencia muy agradable
Buenos valores de producción
Opción para intercambiar lentes
El visor electrónico ofrece colores correspondientes con los reales
Excelente relación entre valor y precio
Lo Negativo
Cuestionable calidad de video
Carece de estabilizadores de imagen
Bajo desempeño de batería
Pocas lentes disponibles
Diseño
Desde el primer instante que sostuve la a7R en mis manos, noté los altos valores de producción y el hecho de que, por primera vez, una cámara compacta transmita la misma emoción de capturar la realidad que una réflex. No niego que Sony cometió ciertos errores de diseño, pero el concepto de esta Alpha es el mejor de su línea y, sin duda, el más conveniente.
La primera virtud de la a7R radica en su tamaño reducido: poco más de 12 centímetros de largo y 48 mm de grosor (sin el lente, en la parte del agarre), por otro lado, el peso es engañoso, pues a simple vista parecería que rebasa los 500 g, cuando en realidad el cuerpo pesa 465 gramos. En comparación, es más grande y pesada (por un margen mínimo) que la línea OM-D E-M de Olympus, pero es menor a cualquier DSLR. Esta cámara de Sony tiene la ventaja de contar con un armazón de magnesio reforzado e incluir certificación para resistir tanto agua como polvo, si bien en un grado moderado. Dicha aleación de metal es propicia para utilizar la cámara en diversas situaciones, sin temor a que el clima arruine el funcionamiento y mejor aún, a que una caída leve rompa algún componente. No sometí la a7R a una prueba de resistencia física, pero es un hecho que después de numerosos golpes continúa en funcionamiento.
Al igual que otras cámaras compactas avanzadas con sensor de formato completo, como la Df de Nikon o la X-T1 de Fujifilm, el valor de a7R reside en su flexibilidad de uso, pues cuenta con una perilla para ajustar cada valor: nivel ISO, velocidad de obturador, apertura del diafragma y hasta compensación. Los diales están posicionados adecuadamente, aún cuando al comenzar a usarla no resulte tan intuitivo. De hecho, todo el esquema de control tiende hacia la complejidad, al grado de que la curva de aprendizaje alejará a un usuario principiante casi de inmediato. El botón de Función facilita la tarea de configurar todo para quien esté poco familiarizado con el sistema, al desplegar un menú de accesos directos a cada elemento.
Lo cierto es que usar la a7R es una delicia, una vez que el usuario aprende lo necesario. Gracias a la perfecta ubicación de las perillas, adaptarse a cualquier cambio de condición en la toma y el encuadre toma pocos segundos. Por supuesto, el formato compacto contribuye a la maniobrabilidad. Cabe señalar que el equipo no es infalible, en especial al girar su posición, pues lo que es natural para la mano, termina por ser incómodo pero, es algo que sucede con todas las cámaras.
La perilla principal contiene los modos clásicos de una réflex (P, A, S, M) y agrega 2 modalidades para configurar a detalle cada parámetro, incluidos filtros y tipo de enfoque. En el costado derecho, en bajo relieve, se ubica el botón para grabar video, relativamente escondido para evitar que lo presiones por accidente. El botón de disparo se encuentra en la posición acostumbrada, integrado a la palanca de encendido. Cabe señalar que el disparador es sumamente sensible y tiene 3 pasos: el primero se activa con un ligero toque y al hacerlo despierta al sistema, además de remover el medidor de los valores, para seguir configurando algún otro elemento; el segundo requiere un poco más de presión del dedo y sirve para ejecutar el enfoque automático. Por último, al dejar caer toda la fuerza, se inicia el proceso fotográfico.
Sobra decir que la filosofía de diseño es fusionar la portabilidad de una cámara compacta con la flexibilidad de uso de una réflex, así que Sony colocó una estructura de agarre muy cómoda, similar a las de las DSLR. Para alguien acostumbrado al abultado cuerpo de un equipo profesional, habituarse a la carcasa delgada de a7R toma muy poco tiempo. Ofrece suficiente firmeza para tomas precisas, incluso si se trata de alguien con pulso tembloroso, además de tener un tamaño ideal para que la mano alcance todos los controles sin demasiado esfuerzo.
Es importante mencionar que la a7R no incluye flash, pero compensa la carencia con un puerto multi interfaz para montar los numerosos accesorios que ofrece Sony, incluyendo luz adicional. Debajo hay una ranura para tripie y en los costados los puertos usuales: tarjeta SD, Micro HDMI, microUSB, audio de 3.5 mm para micrófonos y otro para audífonos. Lo interesante del HDMI es que cuenta con certificación para lanzar la señal a televisores 4K, así que aún si el video que genera la cámara sólo es 1080p, las fotografías lucirán en su máximo esplendor si tienes una pantalla con tan espectacular resolución.
Pantalla y viewfinder
Si existe un real responsable de que los fotógrafos profesionales prefieran su confiable cámara de espejos, en lugar de una compacta, sería el viewfinder. Muchas veces dicho visor ofrece una versión de la realidad un tanto distorsionada y en consecuencia, dificulta la labor de configurar la escena. Con la a7R, Sony ofrece el mejor viewfinder posible y por lo que experimenté, la meta se cumplió con particular maestría. El visor de esta cámara es, por mucho, uno de los mejores en las compactas.
Gracias a un panel OLED con resolución XGA (es decir, 1024 × 768 pixeles o 2359 millones de puntos) y magnificación de 0.71x, todo lo que se muestra en esta pantalla miniatura es una certera representación de la realidad. Nunca estará tan cerca como un sistema de espejos, pero tiene sus beneficios, dado que su condición electrónica permite visualizar guías dinámicas que indican el nivel de luz —conocido como efecto cebra— y ayudan a saber en qué área del objeto se encuentra el punto focal. Ambos elementos cometen ocasionales errores durante la medición, pero en términos generales, son muy útiles. Por otra parte, el visor está libre de artefactos visuales y disrupciones en la transición, salvo contadas ocasiones.
Las mismas cualidades son válidas para la pantalla principal de 3” que se plasma en la parte anterior de la cámara. Este panel de 921,000 puntos tiene menos precisión que el visor, pero es la única alternativa para acceder a los menús. Al respecto, el sistema de navegación es igual de complejo que en resto de las cámaras Alpha, con la diferencia de que las categorías están mejor organizadas y hay verdadera congruencia en la ubicación de cada elemento. De cualquier manera, me pregunto por qué Sony no implementó funciones táctiles, pues dicha capacidad comienza a ser un estándar, incluso en las cámaras de gama media. De haber sido táctil, la navegación entre los menús sería más fácil, pero es necesario usar la perilla de dirección para pasar de una pestaña a otra, lo que toma tiempo considerable.
Ahora bien, el panel de la pantalla principal se pliega hacia arriba en un ángulo de 90° y hacia abajo, en 45°. Lo anterior se presta para tener más control durante encuadres complicados pero, desafortunadamente, es insuficiente. Al colocar la cámara en una posición baja, la flexibilidad de la pantalla es conveniente, dado que se puede visualizar desde arriba; sin embargo, la falta de articulación completa provoca que las tomas laterales o en ángulos complejos sea tan difícil como en cualquier otro equipo.
Al final, ambos componentes de visualización tienen ventajas y puntos negativos, sin mencionar que cada uno está diseñado para diferentes condiciones de uso. La pantalla contiene funciones generales, pero bajo la luz del sol es prácticamente imposible observar lo que muestra, ni se diga evaluar la calidad del material fotográfico. Por otra parte, el visor es la solución ideal para el ojo entrenado, aún cuando en condiciones de baja iluminación el granulado es más que evidente. Lo interesante es que el viewfinder es capaz de desplegar los mismos elementos visuales que la pantalla, como el histograma, algo que podría convencer a un fotógrafo avanzado de adoptar lo electrónico y hacer a un lado los espejos.
Desempeño fotográfico
Se dice que la calidad de una fotografía se debe, en mayor proporción, al fotógrafo y en menor, al tipo de cámara; la realidad es que alguien experimentado obtendrá mejores resultados si cuenta con un equipo poderoso y flexible. Así, la a7R propone una serie de tecnologías que tratan de ajustarse a diversas necesidades y escenarios. Hay mucho que enumerar respecto a las capacidades técnicas de esta cámara, pero destaca su sensor de formato completo sin filtro de paso bajo que, en combinación con un procesador Bionz X de alto rendimiento, captura con gran eficiencia cada pizca de luz para generar imágenes bien saturadas, con colores reales e iluminación precisa.
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La comparación con una cámara réflex de categoría equivalente no es fácil, pero si tuviéramos que enfrentar a la a7R con algo similar, debería ser contra la Nikon D800e. Hay obvias diferencias y en algunos aspectos, la propuesta de Sony se queda un poco atrás en desempeño, pero los resultados son similares en manos de una persona experimentada. Más allá de las comparativas, el enorme sensor de 36 megapixeles brinda enormes posibilidades para un profesional y facilita el trabajo a los principiantes. Después de todo, es más sencillo manejar un sensor de grandes proporciones que el favorito de cuatro tercios, sin mencionar que sólo por física básica, el formato completo es capaz de registrar más cantidad de luz.
Curiosamente, la modalidad automática tiene un desempeño cuestionable. El sistema de enfoque automático requiere demasiado tiempo para pasar de un plano a otro y cuando hay ausencia de contrastes, no encuentra dónde poner el foco. Cuando se trabaja de manera manual, lo anterior no es problema y en condiciones de buena luz, no hay problema: el mecanismo responde rápidamente y fuera del autoenfoque, todo funcional con agilidad.
Tanto la velocidad, que alcanza hasta 1/8000, como la apertura (dependiente del lente, que en nuestro caso fue de f/2.8 - f/35) dan buen rendimiento en una gran diversidad de condiciones (incluso cuando la iluminación es muy pobre), apoyado en un ISO que se eleva hasta 25600. En JPEG alcanza hasta 20 disparos antes de perder el ritmo y hasta 12 tomas en formato RAW.
Ahora bien, el sonido mecánico de la a7R causará opiniones encontradas. En realidad hay poco ruido, sin embargo, es mucho más sonora que el promedio, debido a que las 2 cortinas tienen movimiento físico. Para uso general, el sonido se vuelve habitual, pero resultará muy notorio durante eventos solemnes, como bodas.
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Batería
Entre los aspectos más negativos de la a7R está su bajo rendimiento energético. Medio día de uso demandante es suficiente para drenar la batería, lo que se traduce en un aproximado de 200 fotografías o 25 minutos de video. Podría pensarse que el problema radica en lo esbelto del cuerpo de la cámara, sin embargo, el tipo de pila es el mismo que el usado por algunos equipos de la serie NEX y en esos casos, la eficiencia es casi el doble. Por supuesto hay más factores involucrados, como el hecho de que esta nueva cámara tiene un sistema mecánico y el constante movimiento de componentes consume más recursos.
Lo cierto es que, a pesar de las deficiencias, la virtud de la batería está en la posibilidad de recargarse por medio de USB, además de su compatibilidad con un cargador convencional que conecte directo a la toma eléctrica. Esto provoca que resulte innecesario una batería de reemplazo, pues la cámara puede recuperar energía al conectarla al automóvil o por medio de una batería externa. Con dicho método no tuve problemas durante una prolongada sesión de fotos en el parque y lo mejor de todo, sin tener que apagar el equipo.
Veredicto
Mientras la industria fotográfica sigue lidiando con la forma de unir lo mejor de 2 mundos (el formato compacto con las virtudes de un sistema de lentes), Sony se adelantó con una solución que simplifica las cosas. La a7R está lejos de satisfacer las máximas exigencias de un fotógrafo profesional pero tiene capacidad suficiente para generar resultados espectaculares, en casi cualquier circunstancia. La combinación de un sensor de formato completo con uno de los mejores viewfinders electrónicos del momento, la capacidad de intercambiar lentes y la excelente portabilidad, hacen que esta cámara se imponga como una de las opciones más convenientes para toda clase de fotógrafo. Y a esto se suma que la inversión requerida es de $2,299.99 USD, un precio justo para las características del equipo.
Una nueva opción compacta para los profesionales y los entusiastas de la fotografía
Cada vez salen al mercado más cámaras profesionales de menor tamaño pero sin perder características esenciales. En esta búsqueda por la otimización del espacio y los recursos, Sony presenta la a7R, un nuevo modelo igual de poderoso que el resto de la familia alpha, pero con un cuerpo más compacto y sensor de tamaño completo.
Una cámara compacta de lentes intercambiables para profesionales y para entusiastas
Este equipo de Sony, además de ser sumamente ligero y fácil de transportar, incluye un sensor de tamaño completo y la ventaja de intercambiar toda una gama de lentes de 35 mm. Gracias a esto, no se ven comprometidas la calidad de la imagen ni la comodidad para tomar fotografías, así como la funcionalidad y desempeño del enfoque automático, lo que en conjunto permite tomar asombrosas fotografías que antes sólo eran posibles mediante el uso de equipos premium de gran cuerpo.
La cámara contiene avanzadas características dedicadas a la imagen, un nuevo y poderoso procesador BIONZ X, enfoque automático que se adapta a distintas velocidades y un viewfinder (apodado por Sony Tru-Finder) con pantalla LCD retroiluminada de 3” XGA OLED de 2.4 millones de puntos. Además, graba video full HD hasta 60 cuadros y tiene conectividad Wi-Fi y NFC para compartir todas las fotografías a otros dispositivos compatibles, sin necesidad de emplear cables. También cuenta con salida HDMI para ver video en un monitor externo o grabarlo en otro aparato.
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Junto con esta cámara estarán disponibles 5 lentes nuevos de formato tipo E con sensor de tamaño completo, diseñados para aprovechar las poderosas capacidades visuales que ofrece la a7R. Dentro de las opciones de la cámara, está la posibilidad de colocar objetivos de distancia media y telefotos tipo G y 2 Zeiss Sonnar T, lo que suma un total de 21 lentes de calidad premium disponibles.
Para continuar con esta línea profesional, la a7R está fabricada con un sofisticado estilo: el cuerpo está hecho de una aleación de magnesio, así que sostenerla es sumamente cómoda para el usuario. Tanto los botones traseros como las perillas superiores se encuentran posicionadas de manera adecuada, a fin de ofrecer una experiencia intuitiva al operador.
Este modelo cuenta con la sorprendente cantidad de 36.4 megapixeles efectivos y un sensor de tamaño completo, lo que permite capturar imágenes con extraordinario nivel de detalle y calidad, antes difíciles de concebir en aparatos pequeños.
La Sony a7R estará disponible a partir de diciembre y el cuerpo tendrá un precio aproximado de $2300 USD.
Especificaciones
Descripción del Fabricante
Ninguna otra cámara con sensor de tamaño completo y que permita lentes intercambiables es tan ligera. Detallada riqueza de 36.4 megapixeles. Visor OLED de 2.4 millones de puntos con calidad realista. Conectividad Wi-Fi. Todo el desempeño de un equipo profesional en una cámara compacta que cambiará completamente tu perspectiva.
Especificaciones de Producto
Tipo
Digital SLR
Megapíxeles
36.4
Tipo de zoom
Óptico
Capacidad del zoom
4
Ajuste de zoom
Automático
Tipo de sensor
CMOS
Tamaño del sensor
35.9 mm × 24.00 mm
Características del lente
Compatible con EF-M, EF y EF-S
Ajuste de foco
Automático
Modos de exposición
Creativos: posterización, color pop, fotografía retro, color parcial, alto contraste, cámara de juguete, enfoque suavizado, pintura HDR, tonos ricos, miniatura, deportes
Experto: P (Auto+), A (Prioridad de apertura), S (Prioridad de velocidad), Video, M (Manual)
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