Nuestra dependencia de la tecnología crece considerablemente cada día y los dispositivos móviles comienzan a transformarse, de herramienta a un reemplazo de ciertas formas de comunicación, al punto de alterar hábitos de la vida diaria. Aunque esa integración a la cotidianeidad parece estar llegando al clímax, todavía tiene que dar un paso definitivo y de acuerdo con Google, el nombre de ese eslabón es Glass, una puerta al universo de la realidad aumentada que promete cambiar nuestra forma de percibir el mundo.
Glass funcionará con lentes de prescripción, pero no queda claro si la experiencia será la misma
Cuando Project Glass hizo su debut en 2012, lucía como un experimento demasiado excéntrico, difícil de llevar a cabo por su propuesta tan ubicua y compacta. Parece que los ingenieros de Google dispusieron de todos los recursos de la compañía, pues consumaron el diseño inicial y lo mejoraron para crear unas gafas que sacan máximo provecho de los servicios de localización y búsqueda.
A simple vista, Glass luce como un fragmento de plástico montado en el armazón de unos anteojos, pero en realidad se trata de un emisor prismático que despliega datos frente al ojo, de un modo poco invasivo. En teoría, es como si un televisor de 25" a 2.5 metros de distancia estuviera en el campo de visión, siempre en una esquina. La interfaz se encuentra en una etapa muy primigenia, no obstante ofrece mucha información, ordenada en un formato simple y minimalista. Pero el objetivo de Google no es reemplazar la naturaleza de los teléfonos y mucho menos de las tablets, sino dar pie a una forma de interacción con la web totalmente nueva, además, los anteojos necesitan de un dispositivo móvil convencional porque no pueden acceder a Internet por sí mismos.
Así, la virtud de Glass es que basta usar comandos de voz o simples gestos con las manos para acceder a un vasto repertorio de herramientas, como preguntar por la dirección de un lugar, solicitar la traducción de alguna frase en otro idioma o simplemente, grabar lo que hay al frente. Sobra decir que Google Now es uno de los motores principales del funcionamiento de este dispositivo y por ello, las gafas tienen acceso a toda su base de datos.
La presencia de una cámara siempre activa y en espera de grabar comienza a despertar inquietud entre los celosos de la privacidad y, tal vez, al final tenga limitantes, pero de momento, Glass captura video 720p y fotos con 5 megapixeles de resolución. El potencial positivo es que la gente al fin podrá compartir a detalle todo lo que mire e incluso podría implementarse reconocimiento facial.
Ya que se trata de un dispositivo tan pequeño, sus especificaciones son relativamente modestas. Cuenta con un procesador OMAP de doble núcleo, tiene 682 MB en RAM y ostenta 16 GB de almacenamiento. Lo interesante es que esta combinación es suficiente para que Glass corra sobre Ice Cream Sandwich 4.0.4 y dado que se trata de Android, será compatible con numerosas aplicaciones, si bien todas tendrán que ser adaptadas a la reducida pantalla de Glass y por supuesto, a sus funciones.
Quedan muchas interrogantes respecto a Glass pero queda la certeza de que Google las seguirá resolviendo durante los próximos meses. La fecha de lanzamiento tentativo es 2014, tal vez a inicios y si el precio para los participantes de la edición Beta es un indicio, costaría entre $300 USD y $1000 USD.
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