El primer reloj realmente inteligente

Aunque a simple vista luce impactante, la tecnología portable de Samsung no está libre de defectos

Después de mucho tiempo de especulación y tras incontables rumores, Samsung al fin reveló la existencia de Galaxy Gear, su propuesta para el mundo de la tecnología portable. Tal como se esperaba, la conmoción fue exagerada, el deseo de la gente por conseguirlo fue evidente y al mismo tiempo, los comentarios negativos no se dejaron venir. Pero detrás de ese intercambio de comentarios y tras el glamur e impactante diseño de este reloj inteligente se esconden interesantes características que sin duda calentarán motores para una nueva guerra de dispositivos.

Aunque últimamente se habla mucho de la tecnología portable, dicho concepto se remonta a varias décadas atrás, cuando la ciencia ficción apenas tomaba forma en el cine y la TV. Sobran las referencias en el mundo del entretenimiento, desde las detectivescas aventuras de Dick Tracy hasta el futurismo utópico de Star Trek y al parecer, Samsung tomó nota de todo eso para dar forma al Galaxy Gear. Desafortunadamente la fusión de conceptos parece no haber funcionado del todo bien, pues la estética de este smartwatch combina 2 estilos, uno aparatoso de corte industrial y otro, estilizado con toques muy coloridos.

Dentro del bisel de aluminio del Galaxy Gear se aloja una pantalla de 1.63" con capacidad Super AMOLED, lo que se traduce en una resolución de 320 × 320, es decir una saturación de pixeles muy decente para tan pequeñas proporciones. Y para ajustarse a la muñeca de cada tipo de usuario, el reloj está disponible en 6 opciones de color: negro, anaranjado, gris, verde, blanco y amarillo.

El Galaxy Gear pesa 73.8 gr, mientras que un reloj convencional no suele exceder los 40 g

Fuera de la incongruencia estética, las capacidades del Galaxy Gear lo imponen como el reloj inteligente ideal. De inicio, su sistema operativo tiene el mismo lenguaje de Android, así que muchas de las aplicaciones serán compatibles; Samsung dice que durante el primer año de vida de su dispositivo, habrá hasta 60 apps disponibles, incluidas algunas de productividad y entretenimiento. De momento, cuenta con soporte para Evernote, con la ventaja de que se puede utilizar el micrófono para tomar notas de voz, además, tiene acelerómetro y giroscopio que en casos como el de RunKeeper, permite tomar registro de la actividad física.

Por si lo anterior no fuera suficiente, el Galaxy Gear está equipado con una cámara de 1.9 megapixeles, que si bien no fue diseñada para tomar fotografías espectaculares, al menos permite capturar el momento con suficiente fidelidad, ya que tiene enfoque automático y un sensor BSI para balancear los niveles de iluminación. Para guardar esa información y por cierto, todos los datos de aplicaciones, ostenta 4 GB de almacenamiento, además de conectividad vía Bluetooth con ciertos dispositivos (únicamente Note 3 y la nueva Note 10.1, por el momento), en caso de que haga falta más espacio.

Al respecto, esa comunicación se puede explotar de muchas maneras; una de las principales es contestar una llamada por medio del reloj o sincronizar algunas apps para que desplieguen notificaciones en la pequeña pantalla. Como es de esperarse, el desempeño de Galaxy Gear está muy por debajo del de un teléfono, considerando que es mucho más pequeño y que sus componentes son relativamente modestos: tiene un procesador a 800Mhz y 512 en RAM.

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Queda mucho que decir respecto al Galaxy Gear y desde luego, habrá que ver cómo responde la competencia; mientras tanto, Samsung está tomando una buena delantera que definitivamente lo dejará experimentar más con el mercado y tal vez, dominar en el ámbito de los smartwatches del mismo modo que lo hace en el mundo de los teléfonos inteligentes.

Galaxy Gear se distribuirá a nivel global hacia finales de octubre y tendrá un costo de $299 USD o su equivalente en moneda local.

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