Phantom es una bocina pensada para aquellos que consideran, como yo, que la música debe escucharse con el volumen al máximo y que no les importa tanto su salud auditiva, ya que de acuerdo con su fabricante, la compañía francesa Devialet, es capaz de reproducir sonido al nivel de un concierto de rock en vivo, en otras palabras, música de hasta 108 decibeles sin distorsiones, con una calidad de sonido excepcional.
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¿Demasiado bueno para ser cierto, verdad? Obviamente, un producto con tales cualidades no es barato, la versión más accesible de Phantom cuesta $1,990 dólares ($37,370 pesos mexicanos aproximadamente).
El diseño, encima de no ser usual, está hecho por fuera de plástico, mientras que por dentro está cubierto de kevlar para minimizar las vibraciones cuando Phantom suena; aún así, se mueven un poco las bocinas al estar reproduciendo. Éstas son de aluminio.
Phantom hace uso de una tecnología llamada "motor activo de altavoces coesférico", mismo que está especialmente ideado para emitir sonidos de forma omnidireccional. A los lados, cuenta con 2 bocinas vibradoras. Para producir los bajos, Devialet creó su propia tecnología "Heart Bass Implosion", cuyo fin es producir "sonido ultra denso".
Puedes usar y controlar esta bocina por medio de la aplicación Spark, y crear una red Wi-Fi para conectar tus dispositivos a la red de Phantom, o si lo prefieres, sincronizar tu teléfono mediante Bluetooh o enchufarlo a través de un cable óptico. Aunque se sincroniza de forma inalámbrica, es necesario que esté conectada a la corriente para funcionar.
Hay varios modelos de Phantom, el de entrada, que ya mencionamos al principio, y otros 2, Silver y Gold, que se diferencían en precios y potencia (3000 watts, 10 dB y 4500 watts, 108 dB, respectivamente).
Silver ya está a la venta por €1,990 euros ($41,770 MXN) y muy pronto el modelo de lujo estará a la venta, no se sabe a qué precio —debes consultar por correo electrónico dicha información—. Sin duda, si eres audiofilo, Phantom debería estar en tus posesiones, es demasiado costoso, pero tal vez valga la pena.
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