Las pecas son una acumulación anormal de pigmento en la dermis (la superficie de la piel) las cuales se forman principalmente por la exposición a la luz solar.
Los seres humanos tenemos células productoras de pigmentación llamadas melanocitos que producen melanina (la sustancia que le da color a nuestra piel, cabello, iris).
Los melanocitos alimentan a los queratinocitos, las células que cubren la parte más superficial de nuestra piel y encargados de crear la queratina (la principal proteína estructural de la epidermis). Los queratinocitos y melanocitos crean una barrera que nos protege del agua, el polvo, las bacterias y la luz solar.
Los rayos solares están compuestos por 3 diferentes tipos de luz, UVA, UVB y UVC. La atmósfera de la Tierra absorbe la mayor parte de la UVC, pero los rayos UVA y B logran atravesar y pueden quemar la piel sin protección. La UVB penetra la epidermis mientras que la UVA llega más profundo.
El cuerpo libera la melanina para proteger a las células del sol, las pecas son la acumulación de esta sustancia en diferentes puntos de la piel.
Pero el sol no es el único causante de las pecas, muchas veces son heredadas genéticamente, aunque no se hacen presentes hasta que la piel se expone a la luz solar.
Son mucho más comunes en personas de tez muy blanca, rubios y pelirrojos, ya que algunos tipos de piel no producen suficiente melanina para oscurecer todo el cuerpo con un distribución uniforme. A veces se forma otro tipo de melanina, feomelanina, que reacciona irregular y débilmente ante la luz y produce solamente pigmentos amarillos o pardos, a diferencia de la eumelanina, que puede llegar a ser totalmente negra.
En resumen, los rayos del sol despiertan a los melanocitos que crean la melanina para proteger a las células de las quemaduras de los rayos UV, pero no toda la melanina se distribuye de manera uniforme y se crean estos pequeños grupos que se oscurecen al ser expuestos a la luz del sol.
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