Me gusta ir al cine, llenar la charola con comida y bebidas para llegar a los mejores asientos y disfrutar de como los murmullos y las pláticas casuales van apagándose al mismo tiempo que las luces bajan su intensidad y la pantalla se ajusta para comenzar con la función. Mi parte favorita —sin contar la pelicula desde luego— eran los trailers, muchas veces tenía que entrar corriendo a la sala de cine pues no quería perderme los adelantos aunque eso significaba chutarme 20 minutos extras de publicidad.
La última vez que fui al cine me dí cuenta de algo espantoso: los trailers y avances ya perdieron su encanto. Desde que las compañías distribuidoras comenzaron a explotar Youtube y Facebook como principal medio para promocionar sus producciones, la emoción y la sorpresa se ha esfumado de las salas de cine.
Hoy en dia cualquier proyecto fílmico cuenta con un centenar de vistazos previos a su estreno: imagenes, posters, teasers, y hasta 4 o 5 trailers distintos… Entre más grande el proyecto más avances tenemos. Puedo entender perfectamente los motivos de marketing detrás de esto, no hay que olvidar que el cine antes que otra cosa es un negocio y las compañías productoras y distribuidoras quieren asegurar el mayor público posible.
Batman Lego incluso hace una referencia a esto en su más reciente trailer.
¿Pero es necesario? Hace no más de 10 años se anunciaba el estreno de un nuevo tráiler en la proyección de una cinta específica y la gente acudía al cine a ver estos avances, hoy muchos luchan contra la corriente y tratan de escapar a la exposición masiva que tiene este tipo de material para no arruinarse sorpresas al momento de ver por fin la película en cuestión.
Eso nos lleva a casos donde las productoras están tan ávidas de atención que terminan revelando partes importantes del argumento, personajes, chistes e incluso suben escenas completas con el fin de emocionar a la audiencia, y de hecho lo logran… Rápidamente las redes sociales se llenan de imagenes, memes, reacciones, teorias y analisis rebuscados a cada detalle que sale en estos videos.
¿Funciona? Desde luego, la mejor parte de estas estrategias de marketing es que generan una ola expansiva de reacciones, repeticiones y exposición masiva donde son los mismos usuarios quienes terminan de hacer el trabajo de las agencias, haciendo ruido y aumentando el hype de los interesados.
Quisiera decir que esto aplica a toda la industria del cine, pero la verdad es que no, estos fenómenos son propios de películas que se ponen “de moda” y aunque en este apartado entran también animación y fenómenos juveniles como Twilight y —su secuela— 50 Shades of Gray, son las cintas de fantasía y superhéroes las que sufren más de esto.
¿Qué impacto tiene? En el lado positivo, tenemos más y más personas interesándose en este tipo de cine, lo cual eventualmente nos lleva a tener más y más películas, cosa que debería alegrarnos a todos los que somos fans desde antes de que fueran populares —#NoSomosHipsters— y que soñábamos con ver a nuestros personajes favoritos de comics, libros, videojuegos y juguetes cobrar vida en la pantalla grande, el lado negativo es el que la experiencia nos ha dejado; malas adaptaciones, franquicias explotadas sin piedad y cintas con poca calidad apresuradas por el momento que vive la cultura geek.
Un ejemplo para libro de texto es la magistral campaña de publicidad de Deadpool.
Todos estos avances llegan a cansar, son demasiado y las reacciones cada vez se vuelven más cotidianas, porque nos han acostumbrado a que tendremos 5 trailers antes del estreno, hasta 20 minutos o más de contenido que en muchas ocasiones nos arruinan la experiencia de ver la película por primera ocasión en el cine, una experiencia que sólo puedes vivir una vez.
La solución parece ser muy fácil, simplemente no veas los trailers ¿no? Falso, a menos que decidas alejarte de redes sociales, medios impresos, internet en general y aislarte socialmente, hay cosas que simplemente no vas a evitar conocer: para nadie fue sorpresa ver a Doomsday en Batman v Superman y ya sabemos exactamente en qué momento aparece Spiderman en Captain America: Civil War...
Antes, los trailers aparecían cercanos a la fecha de estreno, cuando la pelicula ya había concluido su proceso de grabación y se extraían y editaban escenas para promocionar la historia sin revelar detalles importantes. Hoy tenemos trailers cuando apenas se han grabado un par de secuencias, y muchos directores ya planifican ciertas escenas con el objetivo de mostrarlas en el previo.
Solía emocionarme con los trailers, pero ahora les temo y trato de huir de ellos tanto cuanto puedo, pues me gusta sorprenderme en el cine, me gusta reirme genuinamente y no por el efecto Big Bang Theory, pero sobre todo, no me gusta hacerme grandes expectativas de algo que puede resultar en una gran decepción —obvio estoy hablo de tí Batman v Superman—.
¿Tenemos un exceso de trailers? ¿Son necesarios? ¿Te han arruinado alguna pelicula? Cuéntanos.
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