Imaginar el futuro siempre ha sido fácil, pero poco acertado. Por eso el retrofuturismo es tan fascinante, pues muy pocas veces tenemos la capacidad de predecir con exactitud todas las innovaciones de las que es capaz la humanidad.
Pero de toda la conciencia colectiva, hay una mente que ha sabido tener los pies en la tierra al momento de mirar hacia el porvenir: el futurólogo Ian Pearson. Tal vez por eso Samsung lo buscó para crear su visión de El futuro de la vida y el hogar inteligente.
En lugar de volarse varios siglos hacia adelante, esta ventana al futuro dice como podrían ser los espacios urbanos en el 2050. Es muy importante tomar en cuenta que es un "tal vez", porque el cambio climático, las innovaciones tecnológicas y el contexto económico pueden llevar a la civilización hacia un rumbo menos progresista.
Un mundo de drones
Los materiales de construcción cada vez más resistentes (nanotubos de carbono para reemplazar al concreto y los cables de acero), así como las técnicas hidráulicas para mitigar el daño por terremotos, permitirán que los rascacielos se eleven hasta las nubes, pero eso significaría un problema para movilizar a la gente. La clave será usar vehículos voladores, además de drones, que estarán coordinados por un sistema súper avanzado para agilizar el tráfico aéreo y evitar los accidentes.
Microciudades independientes
La sobrepoblación sigue siendo un problema, así que la respuesta podría estar en aglomeraciones verticales, autosustentables en cuanto a servicios y administración de recursos. Para ese entonces las celdas solares serían más eficientes, mientras que las granjas artificiales se encargarían del asunto de la comida. Y en cuanto al agua, ya hay alternativas muy eficaces y compactas para limpiar o hasta purificar la residual del drenaje, en teoría las próximas décadas nos traerán versiones mejoradas de esos métodos.
Condominios submarinos
Aquí hay una diferencia de opiniones. Samsung cree que muchas ciudades costeras se extenderán debajo del mar, en forma de gigantescas esferas, pero Pearson dice si bien no es algo descabellado, su construcción es tan exageradamente costosa, que casi ningún gobierno las considerará como alternativa. "Tal vez lo harán en Dubai, aunque sólo con el pretexto de que sea un destino turístico". El desafío será crear un material —transparente o no— con suficiente resistencia para soportar la presión de espacios tan amplios debajo de la superficie del mar.
O subterráneos
Todavía hay mucho espacio en las alturas para edificar nuestros rascacielos, pero el subsuelo tiene aún más potencial. Hay varios proyectos conceptuales para hacer que las ciudades estén invertidas y el Earthscraper, de la Ciudad de México, es uno de los más sorprendentes, ya que propone crear una pirámide subterránea de 65 pisos debajo de la explanada del Centro Histórico, coronada con un techo de vidrio súper resistente para presumir el interior.
Llevar esa idea a la fantasía de Neon Genesis Evangelion ya sería mucho más difícil, pero no completamente imposible.
Hogares modulares y 100% transportables
Las campers existen desde hace mucho, para facilitar la vida nómada de algunas personas, pero son demasiado compactas y dependen de los espacios designados para estacionarlas, así como de la disponibilidad de caminos. Dicho de otro modo, no puedes ir a instalarte encima de una montaña o en la playa. Pero con la ayuda de mega drones, la transportación de hogares modulares será más sencilla. Eso sí, probablemente no será nada barato.
Todo eléctrico y autorecargable
La idea de una ciudad que funcione completamente con energía limpia ya no está tan lejos, en especial por los esfuerzos globales por reducir las emisiones de carbono. De hecho el ministro de ecología de Francia, Ségolène Royal, planea tapizar 1000 kilómetros de pavimento con celdas solares a lo largo de los próximos 5 años, para proveer de electricidad a 5 millones de habitantes. Con iniciativas como esa, los autos eléctricos y autónomos del futuro se recargarán constantemente, aún si están circulando.
Colonias espaciales
Si el panorama internacional sigue medianamente pacífico —o sea, suponiendo que no haya Tercera Guerra Mundial—, es muy probable que tengan éxito las misiones de colonizar la Luna y, más adelante, también Marte. Esas comunidades cósmicas se dedicarían a exploración, investigación y sobre todo, a explotar los recursos minerales de los astros. Obviamente pasarían varias centurias antes de que el plan rindiera frutos para los habitantes de la Tierra.
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